Los medios y los días

Esto es todo, amigos

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27 nov 2021 / 04:00 h - Actualizado: 27 nov 2021 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • Eduardo Parra - Europa Press
    Eduardo Parra - Europa Press

Es la frase que decía el conejo Bugs Bunny al final de sus aventuras, ¿verdad? Pues ahí lo tienen, en política, fin de la historia. En economía y empresa es otra cosa y sabemos por el sentido común y por Marx que al final es el dinero quien manda en esta interacción entre los deseos de los políticos, sus follones y la realidad de la alcancía de los bancos, las empresas y la UE. Toda nuestra vida depende de una sola palabra: consumo, y ésta se deriva de otra: venta. Cuando se presentó Obama a presidente leí un diálogo de unos cuantos en la Red. Uno preguntaba: “Bueno, ¿y cuál es el programa que lleva este hombre?”. Otro contestó: “Ya se lo dirán”.

Sánchez ya tiene presupuestos. Ya le dirán cómo aplicarlos y si puede aplicarlos. Ya le dirán desde el mando general si aplicándolos será peor el remedio que la enfermedad. Mientras, él tiene lo que necesita para cumplir con su obligación: seguir siendo presidente en nombre de la izquierda. Es una izquierda falsa y desunida pero la une que todos sus brazos venden algo: Sánchez vende solidaridad, igualdad y protección al vulnerable. Y sus aliados independentismo. Así se pueden llevar esta y otra legislatura, vendiendo ideas, no hechos, ideas que venden porque compran voluntades con dinero y con ilusiones. Mientras, ellos, a seguir jugando. En conjunto, a los ciudadanos del estado español, los persuadirán con ese discurso porque está muy apegado al cerebro emocional que tenemos, modelado por el dualismo Bien-Mal, bien es igual a solidaridad e igualdad, mal equivale al egoísmo privado. Como hay más personas jodidas, emocionales y místicas, con que les deposite el señorito en la mano una limosna después de misa se los lleva de calle.

Malos tiempos para la derecha que, aunque domina el mundo, no domina del todo a pequeñas escalas, está en ello y hacia ello vamos, estas victorias aparentes de la izquierda son simples escaramuzas o batallas ganadas, la guerra la tiene perdida la izquierda, tal y como marchan los acontecimientos. Simplemente porque va contra natura. La izquierda no es más que una hermosa ilusión, lamentablemente y por el momento.

Si la izquierda está así de crecida es porque la derecha lo ha provocado. Su egoísmo destructivo lo ha llenado todo de un vacío cultural, espiritual, de una falta de horizontes que se extiende desde el régimen de mercado hasta el Vaticano. El humano intenta recuperarse de la muerte de Dios, pero por más mitos que inventa para sustituirlo no lo logra. Uno de esos mitos es la izquierda. Otro, los artilugios con los que a diario se evade el ciudadano, puestos ahí por quienes rigen el mundo: los inversores, que mientras no los molesten demasiado permitirán que esta izquierda imaginaria e ingenua se divierta.

Sánchez tiene un parecido con Maduro. Gana porque la derecha se pelea teniendo al sistema mundial a su favor. Hay que ser imbécil. ¿Vox se cree que va a dar el sorpasso en Andalucía? Si acaso subirá algo en votos pero si el PP lo sabe hacer bien, convoca elecciones y logra meter en la mente de los ciudadanos que ha sido la víctima de una conspiración general que ha tirado por tierra unos buenos presupuestos, se llevará el gato al agua y Vox irá de telonero nuevamente. En Madrid, la generación del yo, yo, yo, se está cargando el panorama porque su yoísmo ha podido más que comprender la conducta infantil de los electores, incapaces de asimilar un follón propio de humanos que ni siquiera estaba poniendo en peligro la continuidad del proyecto.

Ahora bien, la pregunta crucial es ésta: si los aliados de Sánchez empiezan a pasar de vender la idea del independentismo, ésa que les proporciona por sí sola poltronas e influencias, a seguir fabricándola y a declarar la independencia como sucedió en 1931 tras la huida de Alfonso XIII, declararla o algo similar ¿qué va a hacer el presidente?

Y esto es todo, amigos, en mi homilía laica de hoy. No es tan buena como las homilías de Carlos Herrera, Alsina o Angels Barceló porque por eso ellos y ella están ahí arriba y han triunfado mientras que yo soy un sencillo profesor de universidad que no da más de sí.