Pasa la vida

Evite comer alimentos producidos con grasas trans

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
21 feb 2023 / 05:42 h - Actualizado: 21 feb 2023 / 05:43 h.
"Pasa la vida"
  • Evite comer alimentos producidos con grasas trans

No espere a que se lo prohíban. No demore un saludable cambio de hábitos a que en el Parlamento español decidan dedicarle tiempo al fin a un asunto que debe concitar la unanimidad en la votación. Evite comprar e ingerir alimentos producidos industrialmente con grasas trans. La Organización Mundial de la Salud exhorta a todos los países a erradicar totalmente durante este año 2023 el uso de grasas trans que proceden de un proceso industrial de hidrogenación de aceites vegetales. En los países de la Unión Europea, en abril de 2021 entró en vigor la limitación a 2 gramos de grasas trans por cada 100 gramos de grasa en el contenido de los productos alimenticios. Pero la Fundación Española del Corazón aboga por secundar el ultimátum y por emular a países como Canadá, donde se prohibieron en 2018; o en México, donde se han prohibido el pasado 9 de febrero, por unanimidad en su parlamento. Y dicha fundación aporta datos contundentes: ese tipo de grasa aumenta un 34 por ciento el riesgo de muerte por cualquier causa y un 28 por ciento la mortalidad por cardiopatías coronarias.

No tenga pereza a leer en pocas palabras cómo distinguir en el etiquetado de alimentos cuáles son las grasas saludables y cuáles son las perniciosas. Las grasas trans son las referidas en las etiquetas como “grasas parcialmente hidrogenadas”. Eso comporta ser consciente de la necesidad de ver la letra pequeña en los envases de tipos de productos donde aún hay empresas que no han suprimido el uso de ese ingrediente. Hay que distinguir los buenos de los malos sobre todo en margarinas, bollería industrial, galletas, snacks, platos precocinados, patatas fritas de bolsa, productos horneados o fritos, caldos, helados, palomitas, cereales de desayuno o en barritas,... Y el siguiente paso es tenerlo en mente no solo cuando usted compre en el supermercado o en la tienda de barrio para llenar el frigorífico y la despensa, sino también cuando se le ocurre comer ese tipo de productos en la calle o cuando los demanda para que se los lleven a su domicilio o a la oficina. Tanto el sector de las golosinas como el de la comida rápida tienen que ponerse las pilas con el fin de garantizar a la clientela que han cribado su catálogo para ofrecer solo productos sin grasas trans.

Como han explicado numerosos médicos en España que han investigado esta amenaza a la salud, las grasas trans aumentan los niveles de colesterol LDL (el denominado coloquialmente 'colesterol malo') y disminuyen el colesterol HDL (el 'bueno'). Causan también el aumento de los niveles de triglicéridos en la sangre, lo que influye en el riesgo de enfermedad cardiovascular. E influyen en el aumento de la inflamación en el cuerpo, lo que impacta en los riesgos de desarrollo de diabetes, arterioesclerosis, ictus y muerte súbita cardiaca. Durante décadas, se normalizó el uso de estas grasas en la industria alimentaria por su bajo coste y porque favorecía mantener la conservación de algunos productos alimentarios para que su comercialización sea más duradera. Pero el conocimiento científico es ya tan apabullante sobre su carácter nocivo, que ya urge ponerle fecha de caducidad. Y cada uno de nosotros tenemos la potestad de hacerlo hoy mismo, evitando incluirlas en nuestra dieta.