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Exposición de Ana Feu en la Caja Rural del Sur

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16 oct 2019 / 12:06 h - Actualizado: 16 oct 2019 / 12:10 h.
"Selección","Arte","Pintura","Magia","Caja Rural del Sur","Infancia","Pesca"
  • Exposición de Ana Feu en la Caja Rural del Sur

Hasta mañana 17 podrá visitarse en la sala José Luis García Palacios de la Caja Rural del Sur en su sede sevillana, la nueva exposición de pinturas de Ana Feu titulada “Caleidoscopio”.

El título tiene que ver con un calidoscopio real que ella tenía en su infancia y a través del cual podía pasarse bastante tiempo mirando los colores, comprobando esa magia que se establece con sólo girar la mano y comprobar cómo se transformaban las formas a partir de los espejos y cristales que están dentro, y sobre todo, con las transformaciones que pasan según inciden sobre ellos la luz, la geometría que estas formas establecen.

Pienso que aquí están algunas de las claves de la pintura de Ana Feu, no sólo para esta exposición concreta y en las obras que presenta ahora, pero entiendo que son precisamente estas, la estricta selección que ha hecho de los 20 paisajes que la componen, los que más se identifican con los más significativos de esa vida que por alguna razón ella evoca a través de la luz y la geometría de los colores y por el mundo interior (o entendidos desde el interior) tan rico que ella posee y exterioriza ahora.

Exposición de Ana Feu en la Caja Rural del Sur

Pintura autobiográfica pues, con tantos matices como esas luces cambiantes -en este caso de los lugares y los días vividos en su Ayamonte natal o en el Algarve portugués- sus dos mitades existenciales e indivisibles. En los diferentes textos que he podido leer acerca de su trayectoria, se le presenta como pintora hispano-portuguesa o luso-española. Entonces: qué es lo que es Ana Feu ¿una pintora española de raíces lusitanas o una pintora lusa con raíces españolas? A esto no se puede responder porque ella los integra en su persona (personalidad, mentalidad, cultura, etc.) y porque el arte, la pintura en su caso, no tiene fronteras. Tampoco las tiene el Guadiana, la ría, ...todo lo que ella plasma con sus pinceles, espátulas, óleos,...y todo los procedimientos que le sirven para plasmar/reflejar ese mundo que como ella misma dice es real, soñado, imaginado.

En este sentido comparto plenamente las palabras que le dedicó el también pintor Chema Rodríguez el día de la inauguración, al considerar la obra de Ana Feu y estos paisajes en los que la naturaleza es la que está representada, como auténticos “autorretratos”, porque en cierto modo lo son, considerando que ellos son o pueden significar estados de ánimo, la felicidad de los días en la Casa Madre, en las calles, en los jardines, los campos, los cielos, los edificios, las flores, los detalles, el mar, la playa.

Para mí, como para Ana Feu todo esto tiene que ver también con “Alicia en el País de las Maravillas”, un camino de introspección en el fondo. Al contrario que lo que se cree, representar paisajes es indagar en el interior para compartirlo. También desde el exterior provocar el viaje a la inversa: el que evoquemos los nuestros, nuestra vida en lugares parecidos por esa vegetación exuberante o por esa que parece sombras chinas, tejidos, tapices.

Luces y sombras pinceladas, manchas, golpes de color, que ella ha visto, estudiado en directo y a través de otros pintores de Ayamonte, de los impresionistas, de la Escuela paisajística de Alcalá de Guadaíra, de los plenairistas y luministas internacionales. No en vano, en mayo expondrá junto a 19 autoras más en el Alcázar, la muestra “Luz de mujer” como un homenaje a Sorolla y a los 90 años de su gran lienzo “la pesca del atún”. Hasta entonces, Ana.