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Gracias de todo corazón

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27 nov 2015 / 23:01 h - Actualizado: 27 nov 2015 / 23:29 h.

Todo tiene un principio y un final, un Génesis y un Apocalipsis. Espero que esto Rajoy lo tenga claro. De todas maneras el próximo 20 de diciembre se enterará. Bueno, nosotros a lo nuestro. Todo empezó hace un año hablando desde la cosa más absurda del mundo, como el pluriempleo del Mocito Feliz, hasta una emotiva y sentimental carta a mi padre, a excepción de esta despedida en la que vengo a dar las gracias una vez más a este periódico por dejarme ser protagonista de la aventura de ver semana tras semana un artículo mío impreso en estas páginas. Como ya dije en mi artículo anterior, esta satisfacción no solo ha sido mía, sino de toda mi gente.

No ha sido fácil puesto que los lectores habrán podido comprobar muchas veces mi falta de formación, secundada a la vez por mi nulo entendimiento con los ordenadores. Yo soy de papel y bolígrafo y luego dictárselo, como estas palabras a la paciente de mi mujer [yo solo escribo lo que dice mi marido]. Al principio me sobraban palabras y no sabía resumir los artículos sin que dejaran de tener sentido; y por último, aprendí a resumir tanto que en los últimos artículos me faltaban palabras. Llegó el momento de despedirse porque uno también debe saber dónde están sus límites, para evitar que te lo pongan los demás y no se puede ser pesado, ya nos embarcaremos en otra aventura que para eso estoy un poquito loco o volveré algún día a retomar esta tarea. Mientras, ya sabéis dónde encontrarme si queréis algo de mi persona, y recordad que durante un año pasó por aquí Alvarito Peregil, un humilde servidor de ustedes.