La exposición del arquitecto, diseñador, escritor y divulgador del patrimonio arquitectónico y galerista GUILLERMO CARRILLO AYALA debía haberse clausurado el pasado 26 de marzo, pero el autor la ha prolongado para que todos aquellos que no han podido acercarse a la calle Orfila 10 donde se encuentra la Galería ARQUEMÍ, puedan hacerlo hasta el próximo 16 de abril previa cita –en horario de 18 a 21 h.- en que una nueva expo recorrerá las paredes de esta preciosista sala, cuidada hasta los mínimos detalles de muros, portajes, iluminación o solería.
En ella, GUILLERMO CARRILLO le rinde un poético y emotivo recuerdo a uno de los profesores que jalonaron su periodo de formación en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, como sigue siendo el también arquitecto, también urbanista, diseñador de muebles, editor y ya exprofesor HERIBERTO DUVERGER (Guantánamo, Cuba, 1940).
Con él, con HERIBERTO, van unidos otros homenajes no menos íntimos y singulares: en primer lugar –o en segundo pues está a su mismo nivel- a la ciudad de Brasilia. En segundo -o primero- al libro recomendado por este intuitivo maestro “cubano-sevillano” ya, al aconsejarle que leyera “Un mundo feliz”, de ALDOUS HUXLEY, pues de ambos dos: el libro y la ciudad de Brasilia, se basa fundamentalmente la exposición.
Pero hay mucho más en las ocho obras que presenta, como son los otros homenajes a personas que directa o indirectamente se relacionan con la arquitectura, comenzando por el mayor diseñador de la capital federal brasileira –el inconmensurable arquitecto OSCAR NIEMEYER- o los también profesores de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla –como es FERNANDO MANCERA, Director del Grupo de Investigación al que pertenece GUILLERMO, o JOSÉ RAMÓN MORENO GARCÍA, quien con su asignatura “Historia de la Arquitectura Iberoamericana” fue uno de los artífices para que HERIBERTO DUVERGER se quedara aquí y quien le abrió los ojos para lo que desde el punto de vista constructivo y otros aspectos, acontece en países del ámbito hispano.
De todos ellos GUILLERMO ha sabido extraer enseñanzas no sólo de ese bello oficio, sino de la vida. Unas enseñanzas que extiende entre otros foros desde Arquemí, donde han expuesto ya numerosos autores, fotógrafos, pintores, diseñadores,...¡y por supuesto arquitectos!
Dividida en ocho cuadros donde enmarca la totalidad de las hojas del ejemplar que ha dehojado del que leyó hace 11 años, el cartel autógrafo (no reproducido) hecho para la muestra, el panel recortado con el texto de presentación redactado por el propio GUILLERMO y una foto de HERIBERTO, lo que dota a la estancia de una categoría cuasi sacral, entendido esto en el sentido laico de la palabra.
Vista desde arriba y desde el plano, Brasilia tiene forma de avión, con sus zonas centrales, los ejes de calles y avenidas, los jardines y plazas que se abren, las formas geométricas de sus edificaciones emblemáticas.
La extraordinaria idea de GUILLERMO CARRILLO de superponer sobre las páginas del “mundo feliz” y la apología distópica que supone para el presente que es hoy, ha sido la de incorporar la silueta recortada a láser de parte del “fuselaje” de esa nave anclada en uno de los países más complejos del planeta, variable sólo por las tonalidades de color, la numeración de las páginas en el ángulo inferior derecho o el nombre impreso por estampación de HERIBERTO DUVERGER al inicio de cada uno de los cuadros, como si la obra de HUXLEY, NIEMEYER la de GUILLERMO CARRILLO y HERIBERTO DUVERGER- constituyesen una misma unidad multiplicada –o como propone- seriada.
Esta instalación, se prolonga en las paredes con letras sueltas pintadas y encaladas encima, formando un conjunto que abarca la exposición entera, pero sobre todo, ha tenido en cuenta el que pueden desprenderse cualquiera de las obras para que reproduzca cada una los efectos múltiples y giratorios que todas tienen.
Sólo me resta mencionar, que el autor de las fotos que acompañan este texto, son de PEPE MORÓN.
