La vida del revés

Hoy, nos vamos de muertos

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01 nov 2021 / 08:39 h - Actualizado: 01 nov 2021 / 08:46 h.
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Hoy, nos vamos de muertos.

Los cementerios llenos de vivos, las lápidas brillantes, los jarrones nuevos e impecables llenos de flores, recuerdos en las memorias de todos los colores desde la mañana a la noche. Hoy, es el día de los muertos y nos colocamos a su lado para demostrar que nuestros sentimientos siguen intactos.

Hoy, los cementerios se llenan de vivos mientras el reto del año se encuentran vacíos. Alguna madre desesperada limpiando la lápida de su hijo, algún viudo intentando explicarse qué será de él desde que ella murió, y poco más. Los cementerios solo se visitan en masa una vez al año. Supongo que no honrar a los muertos nos sigue pareciendo indecente aunque no lo practicamos salvo el día 1 de noviembre. Las conciencias se lavan con facilidad si se trata de los muertos. Al fin y al cabo ya no se enteran de nada y con un día nos quedamos tan pichis.

Las lápidas brillan hoy y dejan de hacerlo el resto del año. No tiene sentido limpiar ese lugar diminuto en el que reposan los muertos. Al fin y al cabo, no se enteran de nada. La muerte reluce para que nuestra pena parezca mayor. Nos engañamos nosotros mismos y tratamos de ocultar la verdad a los demás.

Los jarrones llenos de flores reposan sobre las sepulturas. Algunos son los que estaban diez minutos antes sobre una tumba diferente. Alguien los roba sin miramientos y los lleva hasta la que contiene los restos de sus seres queridos. Esta es una práctica habitual en los cementerios españoles el Día de Todos los Santos. Esto es España.

Ya sé que algunos estarán en total desacuerdo con esto que digo. Y será cierto que ellos no olvidan ni un fin de semana su cita con la muerte, que ellos mantienen en perfecto estado la sepultura de la familia porque así se lo enseñaron y así sienten que deben hacerlo, que ellos no han robado una sola flor en su vida. Pero teniendo en cuenta que el 20 por ciento de las flores que se venden en un año salen de las floristerías hoy mismo, si tenemos en cuenta que la afluencia de público a los cementerios se multiplica por mil respecto a un fin de semana cualquiera y por diez mil respecto a un día laborable, me temo que no estoy diciendo ningún disparate.

No nos olvidamos de nuestros muertos aunque no estamos dispuestos a hacer grandes esfuerzos por ellos. Hacemos lo mismo con los muertos que con los vivos. No nos gusta que nos lo recuerden, pero es lo que hay.