La Tostá

Iglesias y la pomadita

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
25 may 2020 / 07:45 h - Actualizado: 25 may 2020 / 07:46 h.
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Pablo Iglesias no debería vacilar tanto por el hecho de estar en el Gobierno, porque no ganó las elecciones, quedó por detrás de Vox –los españoles votaron más a Abascal que a él, o sea, a los ¿fascistas?–, y le tuvo que mendigar mucho a Pedro Sánchez para poder ser hoy vicepresidente segundo y colocar a su señora de ministra, que manda narices la cosa. De haber logrado un puñado de votos más, Sánchez no le hubiera dado entrada a este individuo en un gobierno que dejará a España en la quiebra total en solo cuatro o cinco meses. Por el coronavirus, por supuesto, aunque la ruina se veía venir desde mucho antes de que llegara el dichoso virus.

No recuerdo un gobierno tan nefasto en la edad que tengo, con un nivel tan bajo desde el presidente hasta el último ministro. Se salvan pocos, o pocas, porque Nadia Calviño y Margarita Robles dan la talla, y pocos más. También ha sido mala suerte que llegara una pandemia tan brutal con estos incompetentes en los mandos del país. Es tal el desastre que millones de españoles saldrán mañana a las calles sin tener muy claro cómo se tienen que comportar porque el propio Gobierno está desnortado y no para de parchear e improvisar. No es sencillo, es cierto, gobernar un país con una pandemia como esta, pero es un desastre todo y ahora culpan al PP de lo que pueda pasar, y hasta de pactar con Bildu.

También serán los responsables de que el Gobierno francés no recomiende pasar vacaciones en nuestro país, por “la política de contradicción de Sánchez”. Somos el primer destino turístico de los franceses y no van a venir. No solo por las medidas contradictorias del Gobierno, sino porque España es ahora mismo un país revuelto y en peligro de estallido social. Con un partido comunista en el Gobierno, además, cuyo líder recomienda “pomadita” a los que no están de acuerdo con ellos y sus ideas. Los fascistas, vaya, que persiguen a Echenique de una manera tan cruel.

Pomadita es lo que va a necesitar Iglesias para digerir, por donde le quepa, lo que está pasando estos días en España: que los pudientes también saben echarse a las calles a protestar contra el Gobierno y su pésima gestión sanitaria y económica. Ayer vi un rato La Sexta y solo sacaban coches de lujo en la manifestación de Vox. Y había bastantes furgonetas de fontaneros y escayolistas, por cierto.

Pablo Iglesias pedía ayer mismo respeto a los que ganaron las elecciones que le han metido en el Gobierno, con el señorito Garzón dando cabezazos detrás, que para eso lo hizo ministro. ¿Recuerdan cuando el propio Iglesias lanzó la alerta “antifscista” en las elecciones andaluzas, por la victoria de lo que llaman el “trifachito”? Pues nada, pomadita.