La vida del revés

‘La casa fuerte’ o el insulto, el machismo y lo vulgar en ‘prime time’

‘La casa fuerte’ es el paradigma de televisión cochambrosa, de destrozo de los valores más importantes que atesora el ser humano y de insulto a la inteligencia de personas que se escandalizan frente a un ejercicio de vulgaridad pocas veces visto

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19 jun 2020 / 22:21 h - Actualizado: 20 jun 2020 / 12:21 h.
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  • Participantes del reality ‘La casa fuerte’. / Mediaset
    Participantes del reality ‘La casa fuerte’. / Mediaset

Creo yo que se ha alcanzado el mayor nivel posible de chabacanería, ridiculez, patetismo y falta de vergüenza al que se puede llegar en la televisión. Es inaudito que en España se pueda emitir un programa en el que los concursantes se acusan de ser profesionales de la prostitución, en el que el insulto es un elemento fijo en cada frase, en el que las mujeres ofrecen su cara más machista y tóxica consigo mismas. El espectáculo que se está ofreciendo en el reality llamado ‘La casa fuerte’ es, como poco, un insulto a la inteligencia, un claro retroceso en la imagen que se quiere ofrecer del feminismo, un desastre cultural que dejará secuelas profundas y serias en una sociedad que ha dejado de pensar, de buscar la cultura como valor imprescindible en la búsqueda de la libertad. Ya saben: «Ser culto para ser libres».

Unos se insultan, otros se gritan, otros hacen el payaso, no faltan los que mienten para generar conflictos. Incluso algunos no tienen pudor y mantienen relaciones íntimas delante de las cámaras. Con la luz apagada, eso sí. Ni una frase inteligente, ni una conversación con chispa, ni un discurso que sobrepase el límite que marca una idiotez peligrosa y definitiva.

Algunos límites no se pueden sobrepasar y en este programa parecen no existir. El barullo, la maldad en cada palabra, el exceso al interpretar por parte de unos tarugos que no saben hacer la o con un canuto pero quieren minutos en pantalla, es de tal intensidad que provoca bochorno y una vergüenza ajena insoportable.

La pena es que algunos defienden que esto es lo que demanda la sociedad española. Y eso es falso. Si se programasen películas maravillosas, programas de variedades bien realizados y con contenidos de calidad, partidos de fútbol y programas de cocina, los niveles de audiencia serían los mismos. Esto no es lo que se pide; esto es lo que se emite. Y la cutrez, el insulto o el grito, no es divertido.

Por cierto, con el problema que estamos viviendo en el planeta entero, con la crisis que viene, que colaboremos a que unos vagos ganen un dineral por insultarse a voces, es imperdonable.