Los medios y los días

La Constitución es la farsa monea

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07 dic 2022 / 04:00 h - Actualizado: 07 dic 2022 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • La Constitución es la farsa monea

Bueno, entonces, ayer, ¿qué Constitución hemos celebrado? La pobre, ésa de 1978, está para sopitas y buen vino. Ya sólo sirve para que tengamos un día no sé si de fiesta a cuenta de su memoria o de luto por lo malita que está. La Constitución de 1978 es como la farsa monea, que de mano en mano va y ninguno se la quea. Además, su aplicación, en efecto, es una farsa que existe por las moneas que quiere Pedro Sánchez que le aprueben para levantar ¡España! Con ayuda de los que no se consideran españoles. Sánchez ha descubierto la cuadratura del círculo.

Nadie de los que gobiernan ahora gracias a la Constitución española quiere a esa Constitución. El presidente ya lo ven, la cambia sin cambiarla y se la pasa por el arco del triunfo. Podemos busca acabar con el espíritu del 78, le da miedo porque los espíritus dan miedo, desea llegar a disfrutar de la Constitución Celestial, todos sabemos que anhela el asalto al cielo y llevarse allí a los vulnerables que, como los proletarios de Marx, están unidos y se preparan para cambiar a fondo el universo, si es que ese día no hay fútbol en televisión, unas televisoras en manos de quienes decían que Franco dormía a los españoles con el fútbol, los toros y el flamenco.

Eran unos profetas del siglo XXI porque ahora el fútbol aburre de lo monetizado que está, de lo lento que juegan algunos equipos, de lo poco que meten la pierna algunas de sus estrellas y de los atascos que producen en el tráfico al salir y al entrar aunque nada tengas que ver con el evento. Los toros aburren por la falta de figuras, por las veces que abren la Puerta del Príncipe y porque hay que subvencionar la fiesta. Y el flamenco aburre porque lo prostituyen entre la música aflamencada que se ha apoderado del pop y la cantidad de aficionadillos que lo impulsan desde la oficialidad.

Ahora, cuando Pedro El Grande y sus cohortes vuelvan a ganar las elecciones dentro de un año, espero que empiecen ya a cambiar esta constitución por una nueva que se pueda celebrar porque la actual parece un despojo, un libro quemado o con sus hojas cortadas a tijeretazos. La celebración del 6 de diciembre es ya la celebración de que existe una constitución que tarde o temprano va a fenecer. Claro que como la sedición no cuenta a ver quién empapela a un Tejero que salga por ahí a impedirlo o a implantar otra peor y esta vez no tengan que irse a sus acuartelamientos los tanques que se pasearon por Valencia. Si no hay pena para la sedición supongo que será para todos los sediciosos. Los que tengan ganas de sedición habrán celebrado el día de ayer, un día en que, de facto, se ha borrado este aspecto de la Constitución y del Código Penal. Se dejan oír por la madre matria o patria unas voces que hablan de agarrar las armas y luchar contra la dictadura bolchevique que nos abrasa. Nuestra constitución es como las grabaciones secretas de la serie Superagente 86, “temible operario del recontraespionaje”, que se autodestruían en cinco segundos.

Dos telediarios dirigidos por Podemos y presentados por Pedro Sánchez, con enviados especiales de ERC, Bildu, PNV, etc., en todas las comunidades españolas, le quedan de vida a la Constitución de 1978. Como Pedro ganará en 2023 espero que lo que ha de hacer lo haga pronto, como le dijo Jesús a Judas en la última cena. Total, si gana, los españoles habrán considerado que a ellos que se vulnere la Constitución les importa tres pimientos. Cada país tiene lo que se merece.