Los medios y los días

La derecha inquisidora

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16 jul 2021 / 04:00 h - Actualizado: 16 jul 2021 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • Varias personas se concentran ante la Embajada de Cuba en Madrid / E.P.
    Varias personas se concentran ante la Embajada de Cuba en Madrid / E.P.

Estos días cuando los medios de comunicación de derechas exigían que por narices pronunciáramos la palabra dictadura contra Cuba para ser políticamente correctos, me daba la sensación de que estábamos ante un tribunal inquisitorial de esos que aún en el siglo XVIII y XIX estaban por ahí. ¿Cómo sería aquello de horrible? Al mismo tiempo, sentí que estábamos en un país ridículo y de nuevo sin dignidad ni personalidad, me parecía mentira que teniendo los problemas que tenemos la vida política y mediática girara en torno a que por narices tuviéramos que pronunciar una palabra mientras los inquisidores utilizaban sus argumentos desde sus posiciones de privilegio para que los demás que no lo hicieran se plegaran a sus deseos. Aún creen que están en la España de la ortodoxia católica, por eso son incapaces de intentar arreglar el problema de España, que no es Cuba, y se permiten perder horas y días actuando como torquemadas que “trabajan” en el interior del Castillo de San Jorge, en Triana, con unos presos a los que, mientras los torturan, les dicen una uy otra vez: “Reconoce que eres una bruja, renuncia a Satanás, renuncia a Satanás”.

Desde el punto de vista periodístico se estaba proyectando una información manipuladora por parcial. Un hecho tiene muchas caras; como bien decían desde las filas de la izquierda, ninguno de estos inquisidores hablaba del bloqueo ancestral a Cuba o abría un debate sobre si Marruecos es o no una dictadura. No es periodismo lo que me estaban ofreciendo sino que me hallaba ante unos seguidores de una serie de consignas que ni siquiera nacen en España, estos patriotas promocionan exactamente las mismas ideas y enfoques que brotan desde los centros de propaganda de los Estados Unidos: los malos son Irán, Rusia, China y Cuba. Ya está, no hay que razonar nada, no hay que puntualizar nada, usted debe pensar así, como ellos quieran, hoy son ellos, mañana serán los otros ellos con el feminismo o el movimiento gay: no piense usted, niéguese a aceptar que las cosas no son tan simples, no piense, unos y otros pensarán por usted y lo harán feliz, eso se llama doctrina neoliberal e incluso fascista. Sí, también se usa en Cuba, también, se trata de convertir al ser humano en una piltrafa al servicio de unos y otros.

Sánchez agarró el camino de en medio: en Cuba no hay democracia. Occidente estableció en su día unos principios inmutables que exporta al resto de la humanidad, lo que sucede es que los exporta según sus intereses y eso es ya lo que fastidia. Yo creo que son los principios menos malos, les interesaron en su momento al estamento burgués para sus negocios y se implantaron. Luego, cuando avanzaba el comunismo y el mismo estamento que los estableció se sentía en peligro, echaba mano del nazismo y del fascismo para preservarse. El fantasma del comunismo -aunque sea ya un imaginario- es inseparable del mundo capitalista porque de esa manera ha podido justificar sus desmanes y su impotencia para respetar y cumplir debidamente los derechos humanos. En España es grotesco entablar una disputa sobre si Cuba es o no una dictadura teniendo los índices de pobreza que se tienen, los índices de paro, los porcentajes de seres humanos vulnerables, ¿de eso también tiene la culpa Cuba y el comunismo? ¿Eso es nuevo ahora, no viene de lejos? ¿Esas personas son libres? Tienen libertad de expresión pero no tienen trabajo ni alimentos que llevarse a la boca. Y los yanquis, con sus cuarenta o cincuenta millones de pobres, sus ciudadanos sin seguridad social decente, su clase media disminuida, sus adicciones a las bolsas, su atontamiento cultural... Con todo eso, y sometiéndonos a todos al potro de la tortura para que digamos que Cuba es una dictadura. Ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio. Las tragedias de Colombia, Perú, Chile, El Salvador, se silencian, lo de Cuba y Venezuela, se agranda, un buen periodismo no sirve a nadie y es científico, riguroso, te coloca todas las aristas de un hecho y te permite pensar por tu cuenta. Cuba será una dictadura pero yo he oído, visto y leído estos días un adoctrinamiento feroz propio de otra dictadura. Y me niego a que otros -sean quienes sean- piensen por mí.