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La vida del revés

La guillotina de Irene Montero y las banderas convertidas en trapos

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20 may 2020 / 10:38 h - Actualizado: 20 may 2020 / 10:49 h.
"Opinión","La vida del revés","Pablo Iglesias","Santiago Abascal"
  • Enfrentamientos callejeros. / EFE
    Enfrentamientos callejeros. / EFE

Unos jovencitos (calculo que no tendrán más de quince años) gritaban ayer ‘muerte al Rey y a sus hijas’. Una idiotez porque, seguramente, ni saben lo que es y representa la monarquía; porque, seguramente, no saben qué es o en que consiste una república. Ay, qué falta hace estudiar y leer un poquito más. Francamente, me parece que un grupo de imberbes se pongan a gritar pensando que van a salvar el planeta entero es irrelevante. O debería serlo. Porque Irene Montero, la que es ministra hoy, decía a través de un tuit publicado el 12 de abril de 2013 lo siguiente: «#FelipeNoSerásRey que vienen nuestros recortes, y serán con guillotina». ¿De esos polvos estos lodos? Que cada uno saque conclusiones.

Por otra parte, ayer el vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 del Gobierno de España, se descolgaba, utilizando un tono insoportable y callejero, con que igual se les ponían mal las cosas a sus adversarios políticos frente a sus casas. En lugar de decir que un escrache es intolerable en cualquier caso, prefirió decir que «esto va a terminar ocurriéndole a otros líderes políticos. Hoy es gente de derechas manifestándose en la puerta de mi casa. Mañana será gente de izquierda manifestándose enfrente del apartamento de Ayuso, de la casa de los Espinosa de los Monteros o de la casa de Abascal». Ayer, ya tuvimos los primeros roces en las calles. Muy bien el vicepresidente segundo, muy bien. Así, alentando a los tuyos para que las calles se llenen de tensión. Es increíble que tengamos en el Gobierno a alguien así.

Para los que ya estén pensando en que se me ve el plumero, voy a enseñarlo del todo. Me parece irresponsable la forma de hacer de Santiago Abascal y los suyos. Pedir elecciones en plena pandemia o alentar las protesta callejeras, no me gusta y creo que son un error monumental. Y me parece increíble que un político de estas características y con un pasado como el suyo tenga un mínimo de credibilidad.

Son todos malos políticos y lo único que tienen a lo que poder agarrarse son ideas populistas, follones que oculten sus carencias y un frentismo que cala hondo entre los ciudadanos cuando se sienten en peligro, cuando no tienen trabajo, cuando están bloqueados por el miedo.

Son malos políticos, unos y otros, y no son conscientes del daño que están haciendo a España con su patriotismo de pacotilla, con sus banderas convertidas en trapos sin valor, con sus discursos vacíos y tramposos o con su lucha obrera desde un chalet de lujo. Qué pena.