La Tostá

La insurrección de Pintingo

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
17 nov 2020 / 09:54 h - Actualizado: 17 nov 2020 / 09:59 h.
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Pitingo es un cantaor de Ayamonte (Huelva), hijo de un guardia civil y una mujer gitana. En el flamenco se les llama cuchichí, o sea, mestizo. No hay muchos casos, la verdad, y canta hasta bien, aunque le tiran las mezclas, la fusión con la música de los negros norteamericanos. Desde luego, es artista, de eso no hay duda alguna. Dice que no se ha metido nunca en política pero le está echando un pulso al Gobierno y le están dando para el pelo, llamándolo “gitano de mierda” o amenazándolo de distintas maneras en las redes sociales. Todo porque se le ocurrió decir que “Bildu es ETA”, en relación al pacto del Gobierno con el partido radical vasco, que ahora dice Transportes Ábalos –así lo llama Girauta, con mucha gracia–, que no hay ningún pacto, cuando en Navarra hay hasta papeles firmados.

Tradicionalmente, los flamencos han sido más bien amigos del poder, por aquello de no morder la mano que les da de comer. No en todas las épocas de la historia del cante hubo un Menese o un Gerena, que se jugaron el pellejo contra el franquismo, aunque a algunos les fue bien. Ningún flamenco promovió jamás un levantamiento contra ningún gobierno, a pesar de que hay letras de cante que nos lo pudieran hacer pensar.

A mí qué me importa

que el Rey me culpe,

si el pueblo es grande y me abona.

Pintingo se he levantado en armas flamencas contra Pedro Sánchez porque es hijo de un guardia civil y ha vivido en su casa, el cuartel de Barajas, el horror de tener que vivir mirando cada mañana los bajos del coche o acostarse medio vestido por si sonaba la alarma y había que salir pitando. Le parece horrible que el Partido Socialista esté pactando con Bildu, “que es ETA”, y lo dice sin miedo a que le cierren el grifo de las subvenciones públicas, que vota a la derecha. Decir eso, en España, es correr el riesgo de que, siendo artista flamenco, te tengas que ir a los albañiles. Pero el simpático cantaor-cantante le ha echado cataplines y no se extrañen que acabe creando un partido, el PPP (Pitingo, Pintingueros y Pitinguitos), porque cuando un flamenco se cabrea, tiemblan el Clero y la Corona.

El ministro de Cultura le puede hasta ofrecer la Llave del Cante, la sexta, con tal de que renuncie a la insurrección contra Sánchez y su escudero Iglesias. Pitingo mide poco más de metro y medio, si llega, pero tiene medio metro bajo tierra. Cuidado con el flamenquito.