La paloma de la antena

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30 ago 2020 / 04:59 h - Actualizado: 27 ago 2020 / 18:14 h.
  • La paloma de la antena

Parace el título de una novela, ¿verdad? pero es algo más sencillo, simplemente una reflexión que podría valer la pena... Soy más de creer en causalidades que en casualidades, ese sutil cambio ortográfico da lugar a dos realidades muy diferentes... La casualidad es algo que ocurre de chiripa, algo que te encuentras, que sucede sin más, sin que lo hayas provocado; por otra parte, la causalidad hace referencia a algo a lo que se ha dado lugar, un hecho que, de alguna manera, queda vinculado con otro. Probablemente hayas experimentado de las dos, pero yo estoy convencida de que las causalidades suelen superar a las casualidades...

Llevo toda la semana reflexionando sobre estas dos realidades contrapuestas a colación de un hecho que me ha venido sucediendo durante estas siete mañanas. Me gusta levantarme temprano para hacer mi rutina de yoga, así consigo empezar el día activando el cuerpo y despejando la mente, por lo que cuando aun el sol apenas asoma y se disfruta de un magnífico fresquito, extiendo mi esterilla en la terraza, le doy al "play" a una música relajante y me pongo a ello. Suelo terminar mi práctica habitual con una postura de relajación que se llama "shavasana", más conocida como "postura del muerto", que consiste exactamente en eso: en quedarse tumbado boca arriba, relajando las extremidades, siendo consciente de la respiración. Y ahí es cuando oercibo qye no he estado sola... Miro hacia arriba y me doy cuenta de que en la antena hay una paloma bicolor, blanca y grisácea, que se queda observándome, muda compañera de mis ejercicios que, tal y como aparece al inicio de los mismos, suele emprender el vuelo cuando recojo la esterilla, ¿casualidad?

Reflejo armonioso

Ya os decía al principio que soy más de causalidades... El yoga es una disciplina que cultiva la armonía entre el interior y el exterior, imagínate al cuerpo y a la mente como si fueran un coordinado equipo de natación sincronizada: esto es lo que consigue el yoga. Pues cuando estoy tumbada en mi esterilla y veo a la paloma en la antena, mirando hacia la terraza como si quisiera decirme algo, pienso exactamente eso: que lo he conseguido, que he logrado una codiciada parcela de paz física y mental, y que, de alguna manera, todo eso queda sintetizado en la presencia de la paloma, como si fuese un reflejo de esa conquistada armonía interior...

Invitación a conectar

También me resulta curioso el hecho de que, mi espontánea espectadora, haya elegido una antena para posarse... Las antenas son dispositivos que sirven para emitir o recibir ondas electromagnéticas, podríamos decir que es un aparato para conectar y en cierta forma, sentía como si la tradicional mensajera de la paz quisiese que sintonizásemos en la misma onda de sencillez, transparencia, armonía... Y si hilamos aún más fino y reparamos en sus tonos grises y blancos, podríamos descifrar un curioso mensaje: en la vida no es todo blanco o negro, sino que para llegar a disfrutar de la serenidad física, mental y emocional hemos de tomar conciencia de que existen diferencias... Bien podemos no compartirlas, pero si aceptar su existencia, respetarlas.

Y es que las causalidades, dan para mucho... En no pocas ocasiones, parecemos olvidar que, buena parte de las cosas que nos suceden, las hemos provocado nosotros mismos: con nuestra acción o inacción, con nuestras decisiones, proyectos, aciertos, equivocaciones... Todos ellos funcionan a modo de necesarios eslabones que conforman nuestra cadena vital. Lo importante es saber observar, aprender de la causalidad y aprovechar la oportunidad. En este caso, la paloma de la antena me ha ayudado a enriquecer mi parte serena... Deseo que tú también experimentes una jornada plena.