Pasa la vida

La Unión Europea se emplaza con Sevilla

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
21 abr 2022 / 10:00 h - Actualizado: 21 abr 2022 / 11:24 h.
"Pasa la vida"
  • La Unión Europea se emplaza con Sevilla

Sugerencia a todos los centros educativos de Sevilla, tengan o no el rango de bilingües. Soliciten que les den acceso al video de cuatro minutos de duración con el que la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, hablando en inglés, con un breve y magnífico discurso, encabezó desde Bruselas el acto de presentación del proyecto arquitectónico ganador en el concurso internacional para la construcción en Sevilla de la sede permanente del único centro de investigación que la Comisión Europea tiene en España. Cuya labor es primordial para establecer con datos, análisis y propuestas los fundamentos de las políticas europeas que se debaten y aprueban a nivel continental en vertientes tan esenciales como la reducción de las emisiones contaminantes, las estrategias de desarrollo regional mediante la especialización industrial, o las competencias educativas que debe tener toda la población en una sociedad digital, por citar algunas. Pueden utilizar el video de Von der Leyen tanto en la asignatura de idiomas como en las relacionadas con medio ambiente, economía, geografía, historia, tecnología,... Punto de partida para numerosos descubrimientos en la ciudad que habitan.

Sin duda, en buena parte de los docentes y del alumnado causará extrañeza que la persona al frente de las instituciones comunitarias hable de Sevilla como la ciudad que tiene la oportunidad de encabezar la transición de las urbes europeas hacia un modo de vida más ecológico, resiliente e inclusivo. Y más curiosidad suscitará escucharla proclamar que el edificio a construir en la isla de la Cartuja por decisión de la Comisión Europea para el Joint Research Centre, que ya cuenta con 400 investigadores de 30 países trabajando en Sevilla, es el primero que promueven inspirado por completo en los principios de la Nueva Bauhaus. Si en las aulas están atentos y superan la timidez, las preguntas se agolparán en tropel. ¿Cómo? ¿Qué? ¿Dónde? ¿Aquí? ¿Quiénes? ¿De verdad? Sí, el vídeo es verídico. Sí, esa Sevilla existe. Y prueben a ir encontrando una tras otra las respuestas.

Ayer se glosaba como efeméride el treinta aniversario de la inauguración de la Exposición Universal de Sevilla. En las vísperas, la Comisión Europea ha protagonizado en la Cartuja el mejor pregón posible. Compromiso de futuro, inversión emblemática, elección acertadísima. En lugar de continuar siendo el principal inquilino del edificio que fue la sede institucional de la Sociedad Estatal para la Expo'92, van a erigir en la parcela que está justo en la manzana de enfrente la mejor solución para ocupar el hueco que allí dejó la demolición del Pabellón de los Descubrimientos. Mediante un magnífico acuerdo por el que merece ser felicitado el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sevilla. Una edificación que no solo aporta singularidad y belleza arquitectónica sino que, sobre todo, será a la vez conjunto transparente de oficinas; ajardinada y sombreada plaza de uso público; y sistema de producción de energía solar que transferirá electricidad a la red urbana porque sus cubiertas fotovoltaicas generarán el doble de la demanda energética para abastecer las necesidades del Joint Research Centre. Del microclima de 1992 para transeúntes visitantes, creado por un formidable y multidisciplinar equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla (Félix Escrig, Valeriano Ruiz, Jaime López de Asiaín, Ramón Velázquez, etc.) a la sostenibilidad de 2022 para trabajar y convivir, ideada por el brillante arquitecto danés Bjarke Ingels. Tan moderno que, cuando era un joven estudiante universitario de arquitectura, viajó un verano a Andalucía para estudiar cómo en los 'pueblos blancos' se creaba la sombra y el frescor mediante una concepción adecuada de los tamaños, los volúmenes, los espacios y los materiales.

La Unión Europea se emplaza con Sevilla en su futuro edificio-plaza para dejar de ser la gran desconocida de su ecosistema de innovación, y convertirse en una de las referencias de Cartuja como el distrito científico y tecnológico que lidera la economía de la capital andaluza, con más de 23.000 puestos de trabajo y más de 3.000 millones de euros de facturación anual. El equipo de dirección del Joint Research Centre, o Centro Común de Investigación, merece ser felicitado porque han organizado muy bien con la Unión Internacional de Arquitectos el proceso de un concurso al que se presentaron 66 estudios de muy diversos países, y ha dado como resultado la selección de una propuesta espléndida, que materializa estética y técnicamente los principios del urbanismo sostenible al servicio del bien común, y que no incurre en el modelo de arquitectura colosalista desde el que tanto se ha despilfarrado en décadas anteriores por el afán de crear iconos pagados con el dinero de la ciudadanía vía impuestos sin ponderar la utilidad, el coste y la eficiencia de la megalomanía. Porque en el concurso que se convocó en el año 2004 para remediar el desuso de la Plaza de la Encarnación se presentaron proyectos muy buenos para alcanzar ese bienintencionado objetivo de recuperación y resignificación del centro de Sevilla, y ateniéndose al presupuesto previsto, de unos 30 millones de euros. Pero se eligió una propuesta visualmente muy llamativa sin percatarse de que carecía de solidez técnica y su construcción acabó costando 138 millones de euros. Cuántas inversiones prioritarias no se han realizado en la ciudad a causa de ese sobrecoste para las arcas municipales. Por supuesto, una vez que son un hecho consumado, lo que toca es sacarle el máximo partido a las Setas.

El tiempo dirá qué nombre se le ocurre a la población sevillana para designar al auténtico parasol que la Comisión Europea construirá en Cartuja, con 9.900 metros cuadrados de edificación y completando el área comprendida por el Conjunto Monumental de la Cartuja, el Jardín Americano, el Pabellón de la Navegación, el Caixaforum, el Edificio Expo, Torretriana y Torre Sevilla-Centro Comercial. Si me permiten, aunando pasado, presente y futuro del emplazamiento, de sus funciones y de los valores que encarnará, sugiero tener en cuenta llamarle Ágora.