Legislar

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08 ene 2023 / 10:29 h - Actualizado: 08 ene 2023 / 10:30 h.
"Tribuna"
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Es evidente que en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político tal y como el artículo 1 en el punto 1 de nuestra Constitución es muy importante la responsabilidad de quienes han sido elegidos mediante unas elecciones libres para que nos representen a todos los ciudadanos españoles. España se constituye ni más ni menos que esta modalidad de Estado.

Han sido elegidos en el marco de una Constitución y por lo tanto se deben a lo que está escrito en la Carta Magna, al igual que la totalidad de la población que habitamos en España. Es decir, nos debemos a lo que aprobamos en el referéndum de mil novecientos setenta y ocho. Así aceptamos que la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado y que la forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria. Artículo 1, puntos 2 y 3 de la CE.

Los Diputados y Senadores tienen o deberían de tener claro que la verdadera soberanía reside en el pueblo español. Esto es importante que lo recuerden porque lo que últimamente estamos respirando es la tendencia a creerse que solamente son ellos, y nada más que ellos, los que poseen la soberanía. Esto es una deriva que puede empobrecer la democracia. Recorrer este camino es ir hacia una meta que nos hará perder los valores superiores que rezan en el artículo 1 en el punto 1 de la CE.

De aquí que la separación de poderes sea auténticamente una realidad práctica, lo contrario nos conducirá a autodestrucción. El firme del camino democrático en el que nos encontramos está deteriorado, la lluvia de la confrontación cada vez más recia y fuerte está erosionando el suelo firme y sólido del camino trazado desde hace más de cuarenta años.

Ante esta situación no podemos mirar hacia otra parte porque esto provocará que terminemos saliéndonos del recorrido, lo cual querrá decir que cada día estaremos menos personas construyendo un camino con un firme fiable y duradero que salvaguarde los pivotes del ordenamiento jurídico, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.

Los socavones que se están produciendo en el firme necesitan que los españoles nos concienciemos que tenemos que repararlos, esto significa que no podemos olvidar ni obviar que la soberanía nacional reside en el pueblo español.

Los que han decidido creerse que son los dueños del camino -diputados y senadores- deteriorando el firme por el que tenemos que rodar todos los españoles están incumpliendo el mandato que la Constitución les otorga al ser elegidos como representantes. Conviene que recuerden que no pueden rediseñar el camino democrático como si fueran los dueños y señores de la democracia. Su deber, ante todo, es cuidar el camino y repararlo cuando se deteriora por el rodaje de quienes queremos que la democracia siga siendo el firme seguro por el que deseamos caminar.

Por esta razón, si su función es legislar lo tienen que hacer bien y atendiendo a la propia Constitución, al Ordenamiento Jurídico y a los Reglamentos del Congreso y del Senado. Estos tienen que ser sus mojones de referencia y no la ideología y los intereses partidistas.

No es sensata la confrontación que busca erosionar el recorrido de la democracia con socavones producidos por intereses partidistas que están destruyendo poco a poco la Constitución porque esto puede hacer intransitable el camino y ya podemos imaginarnos que cuando no se camina se pierde energía y fortaleza quedándonos al dictado de aquellos que tienen las herramientas para decidir qué hacer. Dejamos de ir a votar, el porcentaje de participación es mínimo, decimos que pasamos de la política, insistimos en que las decisiones de nuestros representantes en el parlamento y en el senado nada tienen que ver con nosotros, que están ahí para vivir la vida, etc. Esto significa que ya nos han echado del camino y que hemos comenzado a caminar por un terreno inseguro, y cuando nos demos cuenta estaremos intentado sobrevivir para no caer definitivamente al precipicio que se encuentra en los laterales del camino. Sin darnos cuenta habremos dejado el firme del camino que nos hacía avanzar, entendernos, construir, respetarnos, aceptarnos, escucharnos, proponer proyectos conjuntos, lo cual afectará a los valores superiores que deberían marcar el rodaje de nuestras vidas.

Cuando el Poder Legislativo y el Poder Judicial quedan subyugados al Poder Ejecutivo significa que el firme está profundamente dañado y todos los ciudadanos podemos quedar sometidos al capricho de un gobierno que se ha olvidado de que la soberanía nacional reside en el pueblo, por esta razón no debemos dejarnos arrastrar por la lluvia que lo que pretende es echarnos del camino.

La Función Legislativa es un trabajo noble y responsable que en nuestra Constitución tiene un proceso que debemos de respetar. Ésta marca la existencia de Leyes Orgánicas, Leyes Ordinarias y Disposiciones Normativas con rango de Ley (Decreto Ley y Decreto Legislativo).

En cuanto a las Leyes Orgánicas estamos en sintonía con el propio marco legislativo de otros países de nuestro entorno.

El artículo 81 de la Constitución Española de 1978 (nuestro camino y el firme que lo configura) dice con claridad “1) Son leyes orgánicas las relativas al desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertadas públicas, las que aprueben los Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas en la Constitución. 2) La aprobación, modificación o derogación de las leyes orgánicas exigirá mayoría absoluta del Congreso, en una votación final sobre el conjunto del proyecto”

Es importante que tengamos presente que existe una relación directa de las Leyes orgánicas con los Derechos Fundamentales y Libertades Públicas enunciados en el Capítulo 2º del Titulo I de la Constitución Española (es el conglomerado que hace que el firme sea compacto y duradero estableciendo un rango de calidad superior en el material utilizado)

En cuanto a la parte de “de las demás previstas” convendría que diéramos una lectura a los artículos 54, 57.5, 92, 93; 104.2, 107, 116.1, 122.1, 136.4 y 150.2

En estas leyes el protagonismo de su elaboración y aprobación está en las Cortes Generales (son la maquinaria que debe hacer el camino no tenga socavones y permanezca lo más cuidado posible).

En relación con las Leyes Ordinarias hay que recordar que su materia o contenido no puede ser nunca el que corresponde a las Leyes Orgánicas pueden ser estatales o autonómicas, de pleno o de comisión Legislativa (artículo 75.2 y 3 CE) (se trata de que en el camino no aparezcan hierbas dañinas que puedan dañar el firme para que las personas podamos rodar con seguridad y avanzar en camino con tranquilidad)

En referencia a las disposiciones normativas con rango de Ley, hay que tener presente el Decreto Ley y el Decreto Legislativo.

El Decreto Ley se pone en marcha exclusivamente en casos de extraordinaria necesidad. No puede tocar ni afectar al contenido de las Leyes Orgánicas, además su eficacia es totalmente provisional, es muy importante al respecto tener presente lo que reza el artículo 86 CE.

El Decreto Legislativo. Se trata de una norma que es aprobada por el Gobierno sabiendo que ha tenido la delegación de las Cortes Generales, así está señalado en el artículo 85 CE “Las disposiciones del Gobierno que contengan legislación delegada recibirán el título de Decretos Legislativos”. Es importante tener en cuenta que su contenido no podrá estar nunca relacionado con materias pertenecientes al ámbito que regula las Leyes Orgánicas. Conviene no olvidar lo que señala la Constitución Española en el artículo 82, en sus apartados 2, 3, 4, 5 y 6 así como lo que se constata en el artículo 83.

Todo lo anterior está sujeto a un procedimiento basado en normas que deben de regular el propio proceso administrativo y que corresponde a los trabajadores que deben de cuidar el firme, es decir la Constitución, que no son otros que los Diputados y Senadores.

El procedimiento para legislar debe recordarles a los elegidos -Diputados y Senadores- para representarnos que nuestra democracia tiene que contar con un firme seguro que no nos obligue a tener que salirnos del camino. Tienen una gran responsabilidad que no puede estar sujeta al dictamen y al capricho de intereses partidistas y populistas. Legislar tiene un marco en nuestra Constitución Española, salirse del mismo es socavar el firme, así que, si no trabajan bien y no aportan el material con la calidad necesaria, lo que tenemos que hacer los españoles es cambiarlos democráticamente, esto significa que no dejemos nunca nuestra responsabilidad de votar.