La vida del revés

Los besos y el descontrol de la pandemia

Debe ser que los españoles besamos solo si lo hacemos de verdad; y debe ser que esto es motivo de contagios múltiples de la Covid-19

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15 sep 2020 / 17:07 h - Actualizado: 15 sep 2020 / 17:16 h.
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  • Imagen de Shutterstock.
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«El beso» es una canción archifamosa. Seguro que usted también la conoce. La letra es de Adrián Ortega y la música de Fernando Moraleda Bellver. Y me viene a la cabeza ahora que todo el mundo se pregunta cómo es posible que en España los contagios por Covid-19 sean tan numerosos.

Dice así la canción:

«En España bendita tierra / donde puso su trono el amor / en España el beso encierra / alegría en el corazón. / La española cuando besa / es que besa de verdad / y a ninguna le interesa / besar por frivolidad. / El beso, el beso, el beso en España / lo lleva la hembra muy dentro del alma / la puede usted besar en la mano / o puede darle un beso de hermano / y así la besará cuando quiera / pero un beso de amor, / no se lo dan a cualquiera».

Vale. Además de la cantidad de chorradas que se dicen sobre las mujeres españolas (en los tiempos en los que se compuso la canción, años 40 del siglo XX) esto era normal e incluso las mujeres se sentían encantadas al escuchar semejantes idioteces) la canción habla de besar, de una forma de entender las relaciones, de una relación en la que el contacto es esencial. «El beso encierra alegría en el corazón», ni más ni menos.

Tal vez, la explicación a lo que está pasando se encuentra en esta canción. Los españoles somos una sociedad en la que el tocarse es fundamental, es necesario. Si algo echamos de menos los españoles en los últimos tiempos son los abrazos, los besos y las caricias. Por supuesto, esta es parte de la explicación. Un Gobierno central que no es capaz de sumar muertos, que no ha sabido sentar las bases para una desescalada ordenada y prudente, es otra de las razones del desbarajuste que vivimos. Y los Gobiernos autonómicos son la tercera de las razones. Salvo el de Asturias, ni uno solo ha sabido contener lo que ya es un desastre sanitario. Gustará más o menos que se diga, pero decir que ha habido 121 muertos de un día a otro y quedarse tan ancho es cosa de seres sin escrúpulos; es, sencillamente, una indecencia. La última de las razones, también lamento decirlo, somos los ciudadanos. No hemos sabido entender que nos estamos jugando la vida ahora; y la vida después; porque estamos diluyendo el futuro en ruina, paro y sufrimiento. Lo que hoy es un botellón o es un patio de un colegio descontrolado o un vagón de metro atestado de gente, mañana es confinamiento y desastre.

Pero la española cuando besa es que besa de verdad. Y eso no hay forma de pararlo. Ya veremos si nuestro querido presidente del Gobierno no utiliza esta excusa en una de sus comparecencias. Es lo que falta para lograr la cuadratura del círculo. Y sería gracioso.