Los medios y los días

Macario, a la cárcel, Moreno, libre

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14 jul 2021 / 04:00 h - Actualizado: 14 jul 2021 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • Macario, a la cárcel, Moreno, libre

Antes de que se me olvide el asunto por una tormenta de más temas, debo decirles que nunca me gustaron los muñecos de José Luis Moreno, no me hacían ninguna gracia y además Moreno movía demasiado la boca para ser ventrílocuo. Han pasado los años de aquellas actuaciones en blanco y negro y en color desteñido en TVE y ahora me doy cuenta de que el que de verdad me hace gracia es el dueño de los muñecos, el señor Moreno que se ha puesto morado de tomarle el pelo a la gente, por lo que me dicen los medios que no hacen más que añadir a continuación, supuestamente. Algún día me diré a mí mismo que yo soy quien soy, supuestamente, pues toda la vida es sueño y los sueños, sueños son, quién sabe si todos somos un simple sueño, un supuesto, supuestamente.

Mientras más datos salen de las actividades de José Luis Moreno más me divierto, este hombre, si finalmente es culpable, puede que batiera récord de picaresca, persuasión y seducción del prójimo, es que el caballero se quedaba con todo el mundo, fueran millonarios, empresas, bancos o incluso la administración pública incluyendo a Hacienda. Hay que tener arte y salero para hacer eso, si lo ha hecho, hay que ser una especie de protagonista de la película Los tramposos, de Toni Leblanc, pero con clase, con pedigrí y esa sonrisa de anuncio de pasta de dientes que proyecta Moreno.

Los datos ya los saben los lectores o por lo menos algunos, a mí me interesa cómo una persona cría fama y se echa no a dormir sino a aumentar su fortuna con sólo entrar en un despacho y afirmar “soy el de los muñecos de la tele”. Sus muñecos eran unos simplones, pero él es un genio del emprendimiento, ¿no quieren ahora tanto emprendimiento? Pues a Moreno deberían considerarlo un gran emprendedor y deberían darle una medalla a la habilidad de lograr sus fines, no es Moreno el delincuente, Moreno es un listo que se ha aprovechado de los badulaques de unos y otros lugares, son los badulaques los que deberían ser juzgados por poco despiertos.

Moreno es una de esas personas que mueven el mundo, lo que sucede es que lo han cogido de entre los miles que deben existir como él en España y entonces las mismas leyes que los ricos inventaron para preservarse de otros ricos y de la sociedad no han tenido más remedio que actuar y ya ven cómo empiezan a hacerlo: “Tres millones y no entra usted en la cárcel”. “Aquí tiene usted seis, señor juez, quédese con el cambio”. “Muy bien, váyase a su chalet a jugar con el perro y a tocar el piano, en su lugar metemos a Macario en la cárcel y es como si estuviera usted, señor Moreno, porque es su otro yo”.

Como se descuide el juez o el fiscal, Moreno les propone una idea fantástica para desarrollar una serie en TV, una especie de Juzgado de guardia, con follones, cuernos, amoríos y alguna escena erótica, dentro de un orden, y el juez y el fiscal pican, sueltan la pasta y ya no la ven más ni ellos ni los actores de la serie y por supuesto no hay serie. Entonces los señores juez y fiscal se deberían juzgar a ellos mismos por pelotudos porque hay que ver la cantidad de años que llevaba Moreno hablando con el estómago y dándole de comer sin que nadie se diera cuenta. Supuestamente.