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La Tostá

Mañana será el gran día

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
14 may 2021 / 09:02 h - Actualizado: 14 may 2021 / 09:13 h.
"La Tostá"
  • Manolo Sanlúcar. / EFE
    Manolo Sanlúcar. / EFE

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Nunca hables mal del día

hasta que la noche llegue.

Yo he visto mañanas tristes

tener las tardes alegres.

Ha sido una semana difícil por varios motivos que no viene al caso contar, pero mañana puede ser un gran día porque ha llegado por fin el momento de recoger el Premio Internacional del Flamenco que tenía que haberse entregado por parte de la EFA (Escuela de Flamenco de Andalucía) el pasado 16 de noviembre y que se pospuso por la pandemia. Los premiados somos Manolo Sanlúcar y un servidor, cada uno en su faceta, y será un honor compartir este momento con el artista que más admiro, del flamenco y fuera del flamenco. Cómo iba imaginar cuando escuchaba en la radio Caballo Negro, a mediados de los setenta, con lágrimas en los ojos, que un día iba a recoger un premio con el autor de esa pieza musical de éxito. Pero no estoy contento solo por eso, sino porque el galardón viene a premiar una faceta del arte jondo muy poco tenida en cuenta, la del crítico de flamenco y la investigación. Por eso escribo este artículo y no por vacilar de nada. Y porque, como denuncié hace dos días, la artista onubense Rocío Márquez y el sindicato Unión Flamenca me han dejado fuera de la lista de quienes van a dar charlas para el Instituto Cervantes, de sesenta personas, en el Congreso Internacional de Flamenco que se está organizando. Estos días publicaré la lista para que se sepa cómo funciona esto y hasta dónde llega la mafia flamenca. Cómo la citada artista ha incluido en la lista a Canito, su guitarrista, entre otros amiguetes, y ha dejado fuera a críticos veteranos como José Luis Ortiz Nuevo, Manuel Martín Martín y otros reputados escritores del flamenco. Mañana, pues, será un gran día en Sanlúcar de Barrameda y voy a provechar el premio para hablar de todos los grandes maestros de la flamencología que se han dejado la vida para que este arte, el flamenco, ocupe el sitio que ocupa desde hace más de un siglo, desde Demófilo hasta el joven investigador moronero Luis Vázquez Morilla. Esa labor no tiene nada que ver con la mafia flamenca de estos tiempos, auspiciada por instituciones públicas que deberían ser más cuidadosas y no poner el dinero público en manos de cualquiera.