Manda huevos esta gilipollez

Si la prosa de Azorín era de un hilo finísimo, la poesía de alguna respuesta política en Andalucía recuerda el rico terciopelo de Juan Ramón Jiménez.

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24 jun 2020 / 07:47 h - Actualizado: 24 jun 2020 / 08:02 h.
"Desde la espadaña"
  • Manda huevos esta gilipollez

Está claro que las cosas nimias, de relumbrón y con cierto caché tienden a copiarse, imitarse e inclusive mejorarlas políticamente hablando, aunque siempre hay matices que da la modernidad contagiosa del paso de los años. En algunos casos se trata simplemente del tono de voz o simplemente de unas palabras o gestos. Pero, de una forma u otra, a los políticos hay que perdonarles algunas veces que describan su pensamiento más íntimo. Así ocurrió cuando Federico Trillo, siendo presidente del Congreso de los Diputados, lanzó antes de una votación soporífera aquella famosa frase de “manda huevos. Cierto es que podría haber sido más austero y emitir la frase en latín diciendo “mandat opus”. Pero no, don Federico, exembajador del Reino Unido, escogió la parte más funcional y atómica del vocabulario llano para que todos prestásemos atención. Nadie del Congreso de los Diputados protestó de aquella gloria verbal y el español de a pie vio razonable la expresión vista la lectura que se realizó previa a la votación.

Pero me encanta la tierra andaluza que siempre es vanguardia en muchos hitos porque en Andalucía también somo capaces, cuando la ocasión así lo demanda, de ir contra las normas estéticas a las que deberíamos aspirar siempre y, a veces, sabemos hablar de nuestros problemas de una forma muy particular. Ha llegado la ocasión a lo justo para que esta tierra haga su expresión y lo ha hecho en plena pandemia del COVID-19 con los andaluces cansados del confinamiento y la espita de la presión arterial en plena zona roja.

Porque cuando en un país en el que han fallecido casi 48.000 españoles quedando como el primer país europeo en fallecidos por millón de habitantes se pregunta una estupidez como el revisionismo de la figura de Cristóbal Colón, es lógico que el guantazo dialéctico de la respuesta no sea precisamente de un suavísimo plumón.

“Me parece una gilipollez”, fueron las palabras de respuesta del Sr. Bendodo (Consejero de la Junta de Andalucía) a la pregunta de una periodista, no sólo por el tema tan zafiamente oportunista y populista como el de mostrar una incultura que raya en el analfabetismo intelectual de quienes proponen este revisionismo; al menos, en Andalucía, poco van a poder rascar.

Todavía me pregunto cómo la izquierda más izquierda de este país que tanto odio exacerbado muestra por EEUU se monta ahora al carro de las revueltas que allí están ocurriendo para traer la polémica a España. Felicito al Sr. Bendodo, al que no tengo el gusto de conocer, porque con sus cuatro palabras ha cerrado el asunto de forma cósmica y sideral. Así que orgulloso de que mi tierra andaluza cuente, a partir de ahora, con su propia frase eterna cuando alguien pregunte una tontería. Por ello, animo a otras comunidades a crear su propia frase porque ésta ya es made in Andalucía.

El Sr. Bendodo no ha hecho más que, con su modo de expresión, utilizar el naturalismo de nuestro verbo más andaluz. Me pregunto si la periodista y todos los que abogan por retirar lo relacionado con el descubrimiento de América han entendido con nitidez las rimas del Consejero.

Ciertamente el protocolo de cortesía dialéctica asegura que después de hablar en público se lleven a cabo aplausos al ponente. Pero ahora puede, sin darnos cuenta, que se haya sacado la poesía más sincera y honda de un político para, de forma serenísima, grabar en mármol la respuesta para cuando a usted le pregunten alguna tontería respondiendo simplemente: “Me parece una gilipollez”.