Necropatriarcado para un mundo a lo “Walking Dead”

Image
Pepa Violeta Pepavioleta
24 may 2020 / 14:48 h - Actualizado: 24 may 2020 / 14:51 h.
  • Necropatriarcado para un mundo a lo “Walking Dead”

Siento estropearos el día, pero como no nos tomemos esta crisis en serio, se nos llena el planeta de muertos vivientes, esclavizados por una macroestructura que ya planea sobre nuestras manipulables y miserables vidas. Esta pandemia, parece que nos ha sensibilizado ante la muerte, pero los resortes del patriarcado se vuelven a soldar a una velocidad nunca antes vista, para seguir con la apropiación de cuestiones tan mundanas como la vida y la muerte. Desde el movimiento feminista, venimos observando con total claridad el cariz que van a tomar nuestras vidas, si no ponemos remedio a esta necropolítica demente, que empieza ya a encharcarnos por dentro.

El poder decide cómo vamos a vivir y a morir

En eso consiste la necropolítica esencialmente. Hacer un uso del poder social y político para sentenciar cómo pueden vivir las personas y cómo deben morir. Una pandemia de estas características, un capitalismo gore como el presente y un patriarcado aun con munición, conforman el escenario perfecto para que la tanatopolítica (sinónimo de necropolítica) se instale en nuestra “nueva normalidad”. Todo esto va más allá de un asesinato al uso. El mantenimiento de esta estructura no necesita de pólvora sino de esclavos.

Achille Mbembe, fue el primer académico en acuñar este concepto, aunque desde el feminismo se viene hablando desde hace años, sobre todo en el ámbito académico, de esta idea en la que ya profundizó anteriormente Foucault. Entre los cientos de argumentos que expone el movimiento feminista para derrocar al patriarcado está, la forma de hacer política. Nuestro derecho a una vida y una muerte digna, se ve enturbiado por otros intereses compartidos por un capitalismo salvaje que quiere con vida a los mejores esclavos, los más jóvenes, los más sanos, los más vulnerables y los más silenciosos. Se puede vivir y morir de muchas formas distintas, lo estamos viendo ahora con el COVID-19. El complejo entramado económico y de poder teje cada vez más fino. La violencia política se normaliza y como señala Mbembe, nos aniquilan de a poquito y no nos damos ni cuenta.

Muertos vivientes

La ciudades y los pueblos cada vez acarrean más personas entristecidas, desmotivadas, depresivas y alienadas. Especialmente mujeres, personas vulnerables o racializadas, se llevan el premio gordo a la precariedad y el abuso. La necropolítica impone su derecho a gestionar los recursos de una forma partidista con fines claramente esclavistas. Imponer la muerte social o civil es fácil, si nadie pone coto al recorte de derechos fundamentales, la legitimación de la violencia, la apropiación del cuerpo de las mujeres o la limitación de los recursos básicos. Pero el poder de decir “NO” recae en la ciudadanía, como grupo y clase. En palabras de Mbembe a este concepto tan abstracto podríamos llamarlo también la teoría de los muertos vivientes “las formas contemporáneas de subyugación de la vida al poder, obligan a algunos cuerpos a permanecer en diferentes estados, situados entre la vida y la muerte”.

El cuerpo que no se siente a gusto con el mundo

¿Nos sorprende entonces que nuestras calles se hayan convertido en un improvisado set de rodaje para la nueva temporada de The Walking Dead?, a las feministas no. Tenemos experiencia de sobra para saber dónde acabará este neofascismo patriarcal. Ya no hay lugar para la negociación, el tiempo corre en nuestra contra. Lector o lectora, analiza tu contexto y pregúntate de dónde te encuentras más cerca ¿de la abundancia o de la precariedad? ¿de la tristeza o de la plenitud?, ¿de la esclavitud o de la libertad. ¿Tienes la vida que quieres? ¿Si tuvieras que morir hoy te sentirías satisfecho/a de tus pasos? ¿dirías que has tenido la mejor vida posible?. Si la respuesta es no, olvídate de si eres feminista o no y empieza a planear la vida que te mereces. Nuestros cuerpos no tienen dueños ni cadenas, nuestras mentes pensantes son la única salida para escaparnos de un estado que pretende colonizar la existencia humana, igual que hace con la tierra. Adueñarse de la voluntad de una masa bien adiestrada y muy mansa, es un juego de niños. No hay piezas de repuesto que mejoren este escenario grotesco y deforme. Hay que empezar de nuevo. Sabiendo que nuestra plenitud no llegará nunca sin dinamitar antes el estado “de dueños”. Un orden global extractivista como el actual, sigue generando vulnerabilidad y ya sabemos el lugar que ocupamos las mujeres en estos repartos.

Referentes

Feministas como Rita Segato, Silvia Federici o Valencia Sayak, son algunas de nuestras referentes más top para entender los entramados de la violencia y como la necropolítica se hace indispensable para comprender otros conceptos presentes en nuestro orden social. Conceptos como dueñidad, capitalismo gore, acumulación originaria, neofascismo patriarcal... que también nos acercan a otros estudios interesantes sobre territorializaciones. Desde el feminismo, los tomamos en cuenta para hacer un cuestionamiento de la propiedad, la clasificación de personas según diferentes categorías, la extracción de recursos y cómo generamos un imaginario cultural colectivo que condena al herético. Como explica Silvia Federici, “cada fase de la globalización capitalista, incluida la actual, ha venido acompañada de un retorno de los aspectos más violentos de la acumulación originaria, lo que demuestra que la continua expulsión de los campesinos de la tierra, la guerra, el saqueo a escala global y la degradación de las mujeres son condiciones necesarias para la existencia del capitalismo en cualquier época”.

No solo Marx la cagó al diseñar un modelo castrador e invasivo. Todos/as la cagamos continuamente. Cada vez que nos ajustamos la cadena al tobillo para que no se caiga, cuando nos tapamos la boca y el silencio legitima la desigualdad, o cuando nos vendamos los ojos, para no ver en lo que nos estamos convirtiendo. Podemos seguir escondiéndonos y ser parte de una sociedad de rebeldes de pacotilla y muertos vivientes, o ser ejemplo para los que vendrán. Vivir sin dueños en una tierra plácida, sentir de nuevo el alborozo de un cuerpo con ganas de mundo.

ENLACE PROGRAMA RADIO: http://www.ivoox.com/51256031