La vida del revés

Novak Djokovic debería volver a casa

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10 ene 2022 / 07:33 h - Actualizado: 10 ene 2022 / 08:14 h.
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  • Novak Djokovic. / EFE
    Novak Djokovic. / EFE

Novak Djokovic es tenista, un buen tenista. Novak Djokovic es un macarra, un macarra de tercera, un mal macarra. Novak Djokovic suele dar la nota allá donde vaya, en cualquier partido o circunstancia.

Novak Djokovic puede hacer lo que le venga en gana respecto a su vacunación. Si quiere puede vacunarse contra la Covid-19, si quiere puede negarse a hacerlo. Lo mismo ocurre si hablamos de otras vacunas como, por ejemplo, contra la polio o el tétanos. Puede ponerse una, dos o tres dosis. Es su problema. Pero Novak Djokovic debería tener claro que ser un macarra de tercera no le permite romper las normas a su gusto. Por mucho que su padre le compare con Jesucristo, o que el juez Anthony Kelly del Tribunal del Circuito Federal de Melbourne le deje en libertad, el tenista es uno más, es un macarra del montón aunque le pegue bien a la bola con la raqueta.

A Novak Djokovic le gusta dar la nota. Rompe raquetas de tenis en mitad de los partidos, sube el tono o insulta directamente. Es un buen tenista si hablamos de técnica, es un tenista patético si valoramos cómo se porta con el rival o cómo recibe una derrota. Le gusta dar la nota y en pleno inicio de pandemia se monta su propio torneo de tenis. Así rompe las normas él, a lo grande.

Novak Djokovic no es ningún héroe. Ni siquiera hoy en día, un tiempo en el que puede ser considerado héroe cualquiera que aparece en una pantalla de televisión diciendo o haciendo chorradas, Novak Djokovic se acerca a serlo. Está lleno de soberbia, de rabia, de falta de empatía, de arrogancia y de estupidez.

Espero que en Australia hagan lo que tienen que hacer, es decir, cumplir las normas. De momento, el juez abre la puerta a que pueda jugar el torneo aunque hay que esperar un poco más para saber cómo termina todo esto. Si allí no se puede entrar sin estar vacunado, este sujeto debe volverse para casa. Cualquier otra cosa sería una enorme decepción.

La Humanidad necesita héroes de los de verdad, de los que salvan vidas, de los que logran progresos técnicos que mejoran la vida de todos, de los que reparten bondad aquí y allá. La Humanidad no necesita más zopencos hábiles porque de esos vamos sobrados.

Si Novak Djokovic se convierte en un héroe para los antivacunas, me temo que van a tener que plantearse trabajar la cantera porque la cosa está flojita.