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¡Ojalá les vaya bonito!

Una pareja joven de agricultores, sin apenas ayuda, se afanan por aplicar los principios de la Permacultura en su finca

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11 sep 2021 / 19:59 h - Actualizado: 11 sep 2021 / 20:06 h.
"Medio ambiente"
  • Sierra de las Nieves. / EFE
    Sierra de las Nieves. / EFE

Tic-tac, tic-tac... Desastres naturales, inundaciones, incendios, sequías, deshielo, subida del nivel del mar... Tic-tac, tic-tac... El lejano Marte tardará mucho tiempo en albergar vida. ¿A dónde emigrará la Humanidad cuando la vida en la Tierra sea insoportable? Tic- tac, tic-tac... Protocolos y cumbres medioambientales con objetivos “sine die”... Tic-tac, tic-tac... La Agenda 2030 (ONU 2015) estableció 17 objetivos de Desarrollo Sostenible, con el objetivo de proteger los ecosistemas y favorecer la evolución de los mismos...

En alguna parte del mundo, hay conocidos que quieren explotar un trozo de campo de una manera diferente y sanar la vida que alberga aquel. Pero cuanto más conozco la experiencia de ellos, que les voy a relatar, no puedo más que conmoverme. Es como si se empeñaran en portar en un cubo de agua fresca, una pelotita del planeta flotando que con frecuencia les rebosa. O como si libraran una lucha de gigantes para transformar su entorno, en tiempo de descuento. Eso sí, con la voluntad de dejar en el orbe su humilde huella de esperanza. Dicen, en definitiva: “apostamos por la regeneración de la tierra para beneficiar a personas, animales, plantas y al mismo planeta”.

En concreto, me referiré a mi cuñada y su pareja. Me cuentan que desde el 2016, se empeñan en cambiar “un viejo olivar que llevaba olvidado hace mucho tiempo”, en una finca agraria de explotación ecológica. Todo ello sucede en el agreste terreno de la Sierra de las Nieves (Málaga). Un reciente Parque Nacional con variada vegetación en forma de pinos, encinas, pinsapos, quejigos, alcornoques, lentiscos, jaras, romeros, tomillos... O de variada fauna mediterránea como la cabra montés, la nutria, el corzo real, el búho real, la salamandra... Un paisaje donde, dichos parientes, perciben que ha disminuido el régimen de lluvias y que las olas de calor son más extremas. El cambio climático, en definitiva, se expresa con recurrentes incendios o lluvias torrenciales en estos parajes.

Dos personas que han vivido y trabajado mucho tiempo en Europa, en buenos trabajos. Pero de pronto, deciden cambiar de vida e irse al medio rural. ¿Qué les motivó a dar este gran salto? Él habla de “la búsqueda de la verdad”, de “salir del miedo”, de “la degradación de la alimentación y de las relaciones sociales”... Ella, de “desviarse del camino de la sociedad”, del” hastío y de la desilusión de trabajar por los beneficios de un banco importante”, de “la búsqueda de un nuevo estilo de vida (yoga, alimentación sana, productos ecológicos)”, de “crear vergeles”, de un libro revelador (La revolución de una brizna de paja, de Masanobu Fukuoka)...

Mi interés por estos argumentos y sus implantaciones en el terreno, vino por una visita de vacaciones de mi familia y mía a su finca. Hacía tiempo que no les veíamos y estaban rebosantes por enseñarnos su modelo agrícola. Como buen geógrafo de titulación, siempre me ha interesado el paradigma de la Geografía: las relaciones hombre-espacio y la transformación de este por aquel. Así que estaba atento a las explicaciones que me daban, los dos, sobre los cambios que estaban operando en su campo. Al principio todo me parecía como un gran resto arqueológico donde apenas se veían surcos y montículos en la ladera. Sus aclaraciones, más tarde, me desvelaron zonas sembradas de olivos y otros cultivos, pero también de otras especies aromáticas y de uso medicinal, así como espacios cercados con aves. Sobre su propia casa, me contaban que estaba hecha de paja y adobe; que querían mejorar su eficiencia energética aislando el suelo, y utilizando un panel térmico; que usaban un baño seco...Y entre suspiro y suspiro, tras subidas y bajadas de pequeñas colinas, les escuchaba la palabra “Permacultura”.

Podrán buscar ustedes amplísima información sobre este diseño ecológico aplicado al campo ( y a las ciudades), en muchos libros y otras fuentes. Así que prefiero darles, primero, una breve definición de dicho diseño. Luego, si tienen más interés, pueden seguir leyendo un relato abreviado de los mismos protagonistas de esta historia, sobre algunos conceptos de la Permacultura aplicados a su finca.

Utilizada por primera vez por los científicos David Halmgren y Bill Mollison en 1978, la Permacultura va desde una agricultura sostenible hasta la construcción de casas ecológicas y verdes, más un aprovechamiento de los recursos naturales como fuente energética. Tiene además este concepto principios éticos como el cuidado de la tierra y de las personas. Hace hincapié también en la repartición justa mediante la redistribución de excedentes y el reciclado de residuos con el fin de devolver estos últimos de nuevo al ecosistema. Es, en concreto, como dice mi cuñada, “utilizar nuestra capacidad creativa para conseguir paisajes y bosques comestibles, recuperando la forma de vivir de nuestros abuelos”.

Ya sobre el mismo terreno de la finca, dos ideas “poéticas” de esta agricultura ecológica me llamaron la atención: “guiar el viento” y “cosechar agua”. Dos faraónicas tareas en la que están empeñados dichos parientes ( a veces solos, otras con ayuda de voluntarios). Y así lo cuentan:

“Para “guiar el viento”, con los troncos y ramas de los pinos más débiles, creamos montículos longitudinales en sentido perpendicular a los vientos del sur y del norte. Sobre aquellos, la intención es plantar árboles para hacer de cortina. Se trata de proteger huertos y frutales de los vientos de las montañas. Otra idea derivada de esta técnica, es la de crear pasillos. Es decir, con árboles de cierta planta, una vez las corrientes de aire superan la cortina, se pretende que este viento sea guiado por los pasillos”

¿Y qué es “cosechar agua”? Al parecer es una técnica muy conocida en las zonas montañosas y usada desde milenios. Pues bien, siguen relatando: “Tratamos de formar bancales y terrazas para reconducir al agua. Estrategia relacionada con otras como la creación de “swales” o zanjas de infiltración. Se trata, en definitiva, de frenar la fuerza de la lluvia, de acumularla en dichos depósitos y de conducir el agua lo más lento posible por el terreno, desde las zonas más húmedas hasta la más secas. Así tampoco queda estancada el agua y se infiltra de forma más rápida en el suelo, haciéndolo más fértil. Por otro lado, los estanques, tienen la intención también de crear un hábitat acuífero para aves y otros animales”

Bueno, bueno.. Una mujer y un hombre, como otros tantos, que desde su pequeño oasis (¿quién no los tiene?) desean susurrar al mundo que todavía se pueden solucionar muchos problemas ambientales; que desde el “piensa global, actúa local ” es posible creer en otro mundo; que se pueden mejorar las relaciones personales y que es posible equilibrar la mente con la naturaleza. Mientras siguen trabajando de sol a sol, visten prendas usadas, reciclan, hacen yoga... Deslían nudos en búsqueda de su verdad o luchan día a día por no desfallecer en sus sueños. ¡Ojalá les vaya bonito!