Los medios y los días

Palmitas y musculitos del wasap

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19 may 2022 / 06:00 h - Actualizado: 19 may 2022 / 05:47 h.
"Los medios y los días"
  • Palmitas y musculitos del wasap

No me sientan nada bien las palmitas que la gente me manda por el wasap. Ni el brazo con el músculo. Se agradecen porque menos da una piedra, ahora bien, si la respuesta a un texto discursivo razonado que uno envía con todo su afán comunicativo son unas manitas tocando las palmas y un brazo musculado parece que se está llevando a cabo un cumplido y adiós hasta el próximo aplauso. A veces comunicarse por wasap es como ir conduciendo o buscando el símbolo del WC con el niño o la niña miccionando hasta reconocer el que es de uno ya que en este caso a la ministra Montero aún no le ha dado por implantar la igualdad de meadas instalando los aliviaderos unisex.

Pasen los emoticonos del corazón saltarín o quieto o el besito, pasen, con más razón si el corazón es grande y llega en forma de tormenta de corazones que estalla cual cohetería fiestera. Las palmitas son como lo que me acuerdo que hace ya muchísimos años escribía en estas mismas páginas el profesor y filósofo Mariano Peñalver, catedrático de la materia, al que tuve el honor de tener como maestro en la universidad junto a su hermano Patricio. Mariano decía que un aplauso puede ser halagador pero también una especie de “vete ya” cortés, para cumplir con el protagonista y evitarle un disgusto mayor al que él ya sentiría.

El bracito con el músculo significa que no hay desaliento posible ni marcha atrás, que las vitaminas han hecho su efecto. ¿No sería mejor emplear la palabra en lugar de tanto dibujito, se llame como se llame la ilustración? “Una imagen vale más que mil palabras”, sentenció uno. Y otro puntualizó: “Menos cuando una palabra vale más que mil imágenes”. Las faltas de ortografía son comunes hoy, tal vez por eso se prefiriera en no pocos casos el músculo o las palmitas. No es cuestión de enrollarse demasiado ni de imitar a los catalanes fascistas: en lugar del 25 por ciento de clases en castellano, solamente, en este caso, el 25 por ciento de los mensajes con palabras, el resto, a buscar palmitas, palmas y palmadas.

Hemos regresado al paleolítico, pero en forma digital. Si aquellos dibujaban manitas que trazaban o estampaban contra la pared, ahora son palmitas ole, ole, y musculitos. La diferencia es que el hombre del paleolítico (y la mujer) no tenían palabras organizadas en forma de idioma reglado. Hoy tenemos reglas, el idioma va desapareciendo, se utiliza casi como excepción y encima no es el castellano sino el inglés. Me acuerdo de que, cuando Franco, uno compraba un disco de larga duración en vinilo, claro, un LP o Long Play, y si los artistas eran ingleses los títulos de las canciones venían en inglés y traducidas al castellano debajo. Ahora, como gracias a la democracia y la globalización somos bilingües y algunos hasta trilingües que para eso España es una nación de naciones o país de países, eso no nace falta, todo el mundo sabe inglés, cada día aportamos más palabras en inglés en nuestras conversaciones, ergo, como ya he dicho otras veces, es de suponer que en el futuro hablaremos en inglés y mucho más si EEUU logra cargarse a Rusia y a China para que no le hagan sombra, eso si es que queda entonces alguien para hablar inglés o el idioma que sea.

El país de países supone que cuando Almanzor salió de Córdoba tocando el tambor nos hallábamos en tierras andaluzas, por tanto, en Historia de Andalucía. En cuanto que pasó Despeñaperros ya era historia de otro país y cuando arribó a Barcelona, Historia de Cataluña. Entonces hasta tuvo que cambiar el turbante por la barretina y el tambor que le habían fabricado en Montilla por otro made in Sabadell. Y los condes de Barcelona le rogaron que fuera a un curso de catalán de la Generalitat de aquella época. Eso se merece unas palmitas y un musculito del wasap, qué maravilla la interculturalidad y el lenguaje por signos.