La vida del revés

¿Pedro Sánchez se vacunará en la intimidad?

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28 dic 2020 / 08:28 h - Actualizado: 28 dic 2020 / 08:38 h.
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  • Pedro Sánchez. / EFE
    Pedro Sánchez. / EFE

Da igual lo que hagan Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Inés Arrimadas o Santiago Abascal. En realidad, da lo mismo. Si se vacunan frente a una cámara como gesto de ánimo para que la población lo haga de forma masiva, se lanzarán sobre ellos sin piedad. Si no lo hacen, pasará exactamente lo mismo. En el primer caso, se les acusará de montar un numerito para obtener un rédito electoral. En el segundo, se les tachará de cobardes y de enviar al matadero a los demás. Unos serán atacados por una parte de la sociedad; otros por otra. Así están las cosas en España.

La polarización social es tan extraordinaria que bastaría una chispa para que el incendio fuera monumental. Y nadie quiere hacerse cargo de ello. Los políticos echan más leña al fuego porque creen que les interesa y los ciudadanos miran la pira con la mente vacía, dejándose llevar por el calor de unas llamas que pueden abrasar todo lo que somos y lo que tenemos.

Ni siquiera un logro de la humanidad tan apabullante, ni siquiera haber comprobado que la importancia de la Unión Europea es algo que está ahí, ni siquiera ver a los primeros ancianos vacunándose contra el SARS-CoV-2, ha logrado que levantemos el pie del acelerador. Que si la pegatina del Gobierno de España que envuelve las vacunas es grande; que si el número de vacunas que llega es pequeño; que si esto es mérito de todos; que si esto no es mérito de nadie; que si el aeropuerto es un coladero mientras, al mismo tiempo, defiendes no cerrar ni la jaula de los pájaros, que si son los puertos de mar los peligrosos... Todo es un enorme e irresoluble problema. Solo parece que encontramos solución al desear que desaparezcan los que piensan al contrario. Y, mientras, seguimos con una pandemia encima que nos está dejando groguis y pobres.

El ser humano está demostrando tener una capacidad de reacción ante las adversidades fuera de lo normal. El ser humano ha encontrado, también, la zona positiva de una pandemia que ha obligado a poner los motores de la Ciencia al máximo de su potencia. Estamos viviendo un momento de la Historia que marcará un antes y un después en la historia del ser humano. Y en España seguimos a garrotazos. Somos incorregibles. Y muy provincianos. Solo vemos lo nuestro, lo poco que somos. El resto es como si no existiera. Así nos va.