La vida del revés

Pedro Sánchez y Juan Espadas han fulminado a Susana Díaz que ya no pinta nada

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09 nov 2021 / 18:42 h - Actualizado: 09 nov 2021 / 18:59 h.
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  • Pedro Sánchez, junto a Juan Espadas. / EFE
    Pedro Sánchez, junto a Juan Espadas. / EFE

Hace unos días, hemos visto despedirse a Susana Díaz y a su equipo; hemos visto llegar a Juan Espadas y a su equipo. También vimos cómo Pedro Sánchez se acercaba para besar tibiamente a Susana Díaz. Fue en Torremolinos el fin de semana pasado durante el congreso de los socialistas andaluces.

Susana Díaz se ha hecho pequeña, le han hecho pequeñita. No pinta nada en el PSOE (ni en Andalucía ni en el resto de España). Le han eliminado por completo y da la sensación que alguien quisiera arrancar las páginas de la historia andaluza en la que aparece su nombre. Pedro Sánchez no ha tenido piedad. Ni mucha ni poca. Pedro Sánchez ha demostrado, una vez más, que sabe esperar para arrear un trallazo con el que fulminar al enemigo. Sí, enemigo porque en eso se convirtió Susana Díaz hace mucho tiempo. Pedro Sánchez no hace prisioneros.

El que es, todavía, alcalde de Sevilla, Juan Espadas, tendrá que pelear por recuperar una presidencia casi imposible. Pedro Sánchez tendrá que mantenerse en el Palacio de La Moncloa si es que puede. Susana Díaz tendrá que patalear para llegar a la superficie puesto que ya ha tocado fondo y solo queda intentar respirar (ya veremos si lo consigue). Huele a desastre general.

Una vez más, se ha demostrado que la política española se hace más pensando en el partido y en los intereses personales que en el de los españoles. Pintamos lo mismo que Susana Díaz, es decir, nada (ni en Andalucía ni en el resto de España). Por dejar las cosas claras, tengo que decir que si fuera cualquier otro partido el que gobernase estaríamos en la misma situación. Somos pequeñitos, nos han hecho pequeños, nos han eliminado por completo. Y lo peor es que aún no lo sabemos y seguimos votando con entusiasmo, creyendo que los políticos tienen alguna intención de arreglar alguno de nuestros problemas.

«Tú a San Telmo, yo en Madrid» le decía Sánchez a Espadas el pasado domingo. Hay que añadir que uno a San Telmo, el otro en Madrid, y el resto en tierra de nadie. Una pena.