Pequeños problemas al margen del fin del mundo

Image
02 sep 2020 / 11:24 h - Actualizado: 02 sep 2020 / 11:33 h.
"Opinión","Política"
  • Pequeños problemas al margen del fin del mundo

En España tenemos problemas importantísimos. Una pandemia, una crisis económica, otra social, la reconstrucción de un sistema de salud que no era tan exquisito como se había pensado... Muchos problemas graves que requieren el máximo esfuerzo. El fin del mundo, vaya. Pero existen otros más pequeñitos que se deben solucionar al mismo tiempo. Lamentablemente, casi todos tienen que ver con la política y con unos dirigentes que emponzoñan las instituciones y destruyen todo lo bueno que encuentran a su paso.

No todos los problemas tienen la misma naturaleza. Algunos problemas son más estéticos que otra cosa aunque no por ello dejan de ser eso, un problema.

¿Cuánto ha pagado usted hoy por su desayuno? En cualquier ciudad española, si entramos en el lugar más infecto de la población, nos cobran por un cafetito 1,20 euros como poco. Si desayunamos en Madrid la cosa se puede disparar hasta los 2,50 o 3 euros. Si acompañamos ese café con un cruasán o con un pincho de tortilla, la cosa se pone seria. Y si añadimos un zumo de naranja a la experiencia religiosa en la que se puede convertir desayunar fuera de casa, las telarañas en los bolsillos comienzan a crecer en ese mismo momento.

Pero del mismo modo que la aldea gala de Asterix aguantaba el empuje de las legiones romanas de forma inexplicable, en España existe un grupo de hombres y mujeres que aguantan el empuje de cualquier crisis, de cualquier mal que asole España: nuestros diputados y nuestras diputadas.

En la cafetería del Congreso desayunan en un lugar privilegiado por 0,91 euros (bebida caliente y bollería o tostada con mantequilla, mermelada o tomate y aceite o churros o porras). ¡Ole, ole ole! Para ser justo diré que si pides leche sin lactosa la cosa se pone más dura porque te cobran ¡10 céntimos de euro! Deberíamos hacer algo por esta gente. ¿Cómo les pueden cobrar 0,10 euros por pedir leche especial? Menuda injusticia.

España se viene abajo y ellos a lo suyo. Los bares españoles cerrando porque sus propietarios no aguantan un minuto más la ruina que arrastran y sus señorías disfrutando de menús suculentos a precio de coña.

Los políticos son unos privilegiados por muchas razones. Y trabajan lo justo. Y cuando lo hacen lo hacen bastante mal. Por lo menos deberían guardar las formas y renunciar a estos extras que resultan obscenos.

Estética y ética. Eso es lo que falta y la raíz de más de un problema.