La Tostá

¿Periodista o policía?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
13 oct 2019 / 08:30 h - Actualizado: 13 oct 2019 / 08:34 h.
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  • ¿Periodista o policía?

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No hace mucho leí una información que me impresionó de una manera brutal: que los españoles desconfían de los periodistas tanto o más que de los políticos. Es tremendo, y espero que no sea verdad porque entonces es que estamos mucho peor de lo que pensaba. Hay grandes periodistas en España y a lo mejor es cuestión de saber buscarlos en los medios escritos que de verdad merecen la pena. A veces hay que pagar para acceder a un buen medio y a buenos periodistas, y no es que esto esté mal. Es el futuro y ya hay diarios digitales de pago, en vista de que se acabó la tarta de la publicidad y que no sobran los empresarios que estén dispuestos a perderle dinero a periódicos digitales. Si el poder se apodera de la información y controla la opinión, se acabó el periodismo independiente. Pero por encima del negocio o los intereses del poder político o económico, está el periodista y el ciudadano debe seguir confiando en él para estar informado con cierta garantía. El problema es cuando se señala tanto políticamente que ya no sabes a quién seguir. Vi ayer en una entrevista de televisión al periodista Jesús Cintora exigiéndole a Teodoro García Egea, del Partido Popular, que dijera si sacaría a Franco o no del Valle de los Caídos. Como el segundo de Casado no parece muy tonto, se iba por las ramas y no contestaba claramente a la pregunta, cuya intención era clara: meter en un compromiso al dirigente popular en plena precampaña electoral y con el tema de la momia calentito. Viendo Cintora que no lograba su propósito le planteó otra pregunta, la de si sería capaz de condenar o no el franquismo, y, de nuevo, el hábil pepero se fue por las ramas. No parecía la entrevista de un periodista a un dirigente político, sino el interrogatorio de un policía de barrio a un presunto malhechor en una comisaría. Se le notaba demasiado al citado periodista que quería buscarle un problema a un político que no parece de su gusto. No entiendo, sinceramente, que determinados políticos accedan a ir a ciertos programas para ser entrevistados, porque todo es encenderse el pilotito y van a degüello. El pasado jueves, Pablo Motos entrevistó a Santiago Abascal en El Hormiguero y parecía también un policía. El líder de Vox se defendió muy bien ante preguntas estúpidas como que si era fascista o facha. La entrevista ha batido récords de audiencia, pero si la siguieron jóvenes periodistas aprenderían muy poco de Motos, que, por cierto, parecía una dulce gacela entre las fauces de un león. Estas actitudes llevan al ciudadano a desconfiar de los periodistas, a lo mejor no tanto como de los políticos, pero lo suficiente como para irse despegando de los medios de comunicación. Y sin medios independientes y periodistas decentes, la democracia hace aguas como una canasta.