Pijos y contrapijos: ¿de Venezuela a Venezuelita?

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20 may 2020 / 05:00 h - Actualizado: 20 may 2020 / 05:00 h.
"Los medios y los días"
  • Varias personas asisten con banderas de España a la manifestación contra la gestión del Gobierno. / EP
    Varias personas asisten con banderas de España a la manifestación contra la gestión del Gobierno. / EP

No quería escribir sobre este tema de las manifestaciones de los abanderados con la enseña de España, pero parece que es lo que gusta. Ahí va mi opinión. Salvando las distancias, esta situación no hace más que recordarme mi primera estancia en Caracas en el año 2002. Ya estoy harto de leer y oír a mucha gente que no tiene ni pajolera idea de lo que sucede en Venezuela, pensando y hablando tal y como les dicen que lo hagan los medios de comunicación propagandistas del ideario mercantil al que llaman democrático.

Señoras y señores, las revoluciones y los altercados sociales de la gente que por lo que sea no tiene un bienestar mínimo para vivir, no surgen por culpa del comunismo o del chavismo, sino que son el resultado de la codicia de los que tienen o han atesorado demasiado en perjuicio de una mayoría. Yo no niego el mérito del esfuerzo empresarial, al revés, lo alabo porque hace muchos años que dejé de dividir la vida entre buenos y malos como si esto fuera un cuento infantil de Cenicienta y el lobo. Sin embargo, quien no se siente pisoteado y tiene sus necesidades dignamente cubiertas no creo que quiera ir por ahí, arriesgando su vida y deseando implantar las ideas de Marx, Lenin o Castro, aunque haya gente para todo pero no en masa ni siquiera en números considerables.

Nuestra encrucijada es ésta: si le damos todo o la mayor parte del poder al Estado, acaba por convertirse en una chatarra de corrupción y de funcionarios que no dan el huevo y abusan de los demás. Y si se la damos a la individualidad de los seres humanos ya ven: surgen las multinacionales que quieren enterrar a los gobiernos y al Estado y aspiran a colocarlo todo bajo sus caprichos al tiempo que aumenta la distancia entre los que más tienen y los que menos tienen y, es más, disminuye el conocimiento y la cultura entre los humanos y aumenta su ya de por sí connatural egoísmo. ¿O es que no han visto los efectos de esto último en el Covid-19? ¿Por qué no se ha atacado antes la pandemia? Por intereses mercantiles y gobiernos títeres y esto ha sucedido en Occidente. ¿Ya se han olvidado de cuando Trump decía que estaba dispuesto a que murieran 300.000 personas con tal de no parar la maquinaria? Pues se va a salir con la suya, ya va llegando a los 100.000 muertos y sin embargo el país se le hunde.

La iniciativa de las manifestaciones antigubernamentales en barrios acomodados, instrumentalizando la bandera española, ha surgido de personas muy de derechas que están en su derecho de protestar porque les ciega su anticomunismo, si Sánchez cesara a sus ministros de Podemos se calmaría todo, esto es una pugna por la propiedad, un miedo lógico a perder lo que se tiene y entonces se utiliza el nombre de España y lo que sea para acabar con la amenaza, es una reacción muy humana en la que intervienen más las pasiones que la razón.

Lo alarmante sería que sucediera algo parecido a lo que sucedió y sucede en Venezuela, aunque no parece que nuestra situación geopolítica lo pueda permitir, pero cosas más raras se han visto en la Historia. Cuando yo llegué a Caracas en 2002, los empresarios habían declarado una huelga contra el gobierno de Chávez, las multinacionales de los medios Globovisión y Venevisión llamaban al golpe de Estado desde sus medios y en el barrio de Altamira –uno de los de más alto standing de la ciudad- se estaban produciendo a diario manifestaciones más bruscas que las del barrio de Salamanca en Madrid y es más: en una de sus mansiones un grupo de militares conspiraba impunemente para dar un golpe de Estado contra el presidente. ¿Qué pasó? Que empezaron las otras manifestaciones, las de los partidarios de Hugo Chávez y el ejército comenzó a tomarse el asunto en serio porque es que el presidente era militar y, para más inri, estaba apoyado por asesores cubanos. Chávez acabó sufriendo un golpe de Estado, pero ya había creado una estructura de poder que lo libró de la derrota. Desde entonces hasta ahora con la diferencia de que ahora, además de Cuba, son Rusia, China e Irán quienes apoyan a Maduro.

¿Empezarán en España las manifestaciones de los antipijos para contrarrestar a las otras a las que sus contrincantes definen como las manifestaciones de los pijos que se quejan de que no pueden ir libremente a sus clubs privados? Porque a mí ni me gusta este gobierno ni lo tarde que ha reaccionado contra la pandemia, pero el castigo que algunos medios le están infringiendo es de extremada dureza y no creo que ni Casado ni Abascal hubieran reaccionado antes que Sánchez, es que son dos neoliberales machotes que creen por encima de todo en la empresa privada y por tanto su pensamiento está centrado en dejarlas hacer porque así avanza un país y es cierto, pero también retrocede, como ha sucedido en esta ocasión.

Como no tienen los votos ni la moción de censura prosperaría lo sustituyen todo por las manifestaciones, pero cuidado con llegar demasiado lejos porque a este paso pueden nombrar a un Juan Guaidó y asumir del todo el discurso de ciertos medios que tachan a Sánchez y a Iglesias de asesinos, dictadores, genocidas y sátrapas, entre otras lindezas. Y eso tendrá que decirlo un tribunal, digo yo, lo demás es arrastrar al país a una confrontación gravísima cuando menos se necesita. Esto no es Venezuela pero acaso pueda ser Venezuelita.