La vida del revés

Pobres votando al PP y ricos arrimados a Podemos

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05 jul 2022 / 10:40 h - Actualizado: 05 jul 2022 / 10:53 h.
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Unos de los grandes misterios de la democracia española es qué razón que lleva a los pobres a votar a todos aquellos que defienden los intereses de los que más tienen. Resulta inexplicable cómo es posible que un obrero de la construcción vote al PP o a Vox, resulta paradójico que la secretaria vote al PP mientras su jefe acaricia al gato que tiene en el regazo.

Lo que está ocurriendo en Madrid con las becas de estudios que van a recibir familias con rentas superiores a los 100.000 euros al año es el paradigma de la estupidez. Pagar impuestos siendo pobre para que se los repartan entre los ricos y apoyar con tu voto (siendo pobre) la iniciativa es la repanocha. Votar a la derecha sin tener un duro, ni futuro, ni posibilidades de salir del agujero; ver cómo la sanidad pública se desmantela para que sean las entidades privadas las que manejen el cotarro y votar para que siga ocurriendo; o asistir a una explosión de xenofobia injustificada siendo inmigrante y reír las gracias a los señoritos; es todo uno y la muestra más clara de estar viviendo una realidad entre cómica y surrealista. Los obreros, los pobres de siempre o los inmigrantes, se han colocado enfrente de sí mismos de forma inesperada.

Es verdad que la corrupción del PSOE ha sido de tal magnitud que quita las ganas de seguir a la izquierda política. El hartazgo es superlativo y esto hace que el voto se desplace. Es verdad que estar en manos de un sujeto que no sabe hacer la o con un canuto no da demasiada seguridad. Pero eso no justifica que votes a un partido que piensa que lo público es accesorio y que los colegas lo van a gestionar mucho mejor, eso no justifica que se vote a un partido que es igual de corrupto.

Los pobres votan a la derecha porque están hartos de la izquierda. Vale. Los más pobres votan a los partidos de derecha porque en sus filas se encuentran personas mejor preparadas y no tanto pobre que busca medrar a costa del resto de colegas (pobres). Vale. Los más pobres votan a la derecha porque creen que les irá mejor. Vale. Es decir, votan a la derecha porque la izquierda les ha traicionado y porque sienten que no pintan nada en los planes de partidos que deberían pelear por los derechos de los más desfavorecidos. Por tanto, los más pobres votan a partidos de la derecha del arco parlamentario por la misma razón por la que los conservadores de toda la vida terminan votando opciones de izquierda moderada: no hay ideología, no hay una sola idea que mueva las cabezas, el personal se deja llevar por las tendencias de las redes sociales sin parar a reflexionar y, sobre todo, porque somos un descampado de cuello para arriba.

Somos hijos de la idea mínima; somos hijos del titular o la frase ingeniosa del día; somos esclavos de nuestra ignorancia.

Y, ahora, sigamos disfrutando de lo votado, de nuestra clase política, y del descampado que nos está quedando. Precioso todo.