Los medios y los días

Prostitución: realidad y deseo

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23 may 2022 / 04:00 h - Actualizado: 23 may 2022 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • Prostitución: realidad y deseo

Nuestra moral provoca que nos asquee el comercio con el cuerpo humano. No hace falta que existan proxenetas ni traficantes de mujeres para que eso ocurra. Una prostituta no suele estar bien vista. Pero existen, como hay demanda hay oferta, como hay oferta, hay demanda, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Antes, lo lógico es que fuera la fuerza del macho contra la hembra, la posesión de cualquier hembra por parte del patriarca de la horda, de la familia, de la tribu, ese patriarca, el macho dominante, que fue destronado por otro aspirante a macho dominante que actuó de la misma manera que su predecesor.

Dije al principio “nuestra moral” porque de todos es sabido que el mundo no ha sido siempre así. Marcelo Fernando Castro afirma: “no podemos negar que tanto en la Antigua Roma, como en la Antigua Grecia, la libertad sexual permitía que este tema de la prostitución no sea tomado como tabú, sino con total naturalidad. Eran civilizaciones mucho más evolucionadas que la nuestra comprendiendo la sexualidad en todos sus sentidos, incluso con la homosexualidad, pues era venerado el cuerpo humano como belleza, independientemente de ser hombre o mujer, y eso lo podemos apreciar en el arte de la época”.

El mismo autor señala: “Desde que existen registros históricos encontramos la prostitución como un oficio y su origen se remonta al siglo XVIII a.C. en la antigua Mesopotamia, donde ya existían ciertas “leyes” que protegían a las mujeres que realizaban este trabajo. El Código de Hammurabi, la “Constitución” más conocida por todos, ya regulaba los derechos de herencia de todas las prostitutas”.

El debate actual entre PSOE y Podemos sobre la prostitución no es científico sino producto de los prejuicios morales que estos mismos partidos dicen rechazar. Se da la circunstancia de que la misma moral condena el aborto –que ellos impulsan- y la prostitución que ellos desean prohibir sin más, por decreto, como si se prohibiera caminar para delante. En el código penal ya consta la represión contra el proxeneta y la trata de mujeres porque la filosofía contemporánea (Kant) dejó claro que estábamos ante un atentado contra la dignidad humana que es intrínseca a la persona.

Con la prostitución estamos llegando a un asunto mucho más complejo. Les pondré un ejemplo que pueda hacer más comprensible el tema. El curso pasado una alumna me propuso que le tutorizara un Trabajo Fin de Grado (TFG), sobre la prostitución. Ella partía de un deseo firme: era abolicionista, deseaba que se suprimiera la prostitución. Pero la ciencia social no se mide por lo que deseamos sino por la realidad de los hechos interpretados. Le dije que fuera a hablar con las representantes legales de las prostitutas de Sevilla. Su deseo cambió al toparse con la realidad, la cosa no era tan fácil. Lo que querían algunas de las fuentes con las que se entrevistó era que legalizaran su profesión, trabajadoras del sexo se autoproclamaban. Sus deseos eran tener un sustento en caso de enfermedad o de pandemias como el Covid que las había dejado sin clientela. Es más, rechazaban esas leyes supuestamente protectoras que el ayuntamiento hispalense había aprobado porque las obligaba a retirarse al gueto de los polígonos industriales donde se sentían más vulnerables y en peligro. Ellas exigían un sindicato legal y estaban enfrentadas con las feministas municipales.

Una investigadora del instituto Carlos III de Madrid que ha trabajado con prostitutas me confesó que no pocas de ellas querían ejercer esa profesión, les resultaba rentable. Yo creo que lo que hay que vigilar y condenar es el abuso, el delito, la explotación, pero es absurdo afirmar que un “pacto comercial” (no sé si quitar las comillas) entre dos personas –incluyo aquí a la prostitución masculina y a la homosexual- es algo que se puede detener fácilmente en una democracia. Y en una dictadura funcionará siempre bajo cuerda, en la clandestinidad. La vida no es noble ni bella en muchos de sus aspectos, como afirmó Federico García Lorca. Una posible y remota solución a este tema y a otros como el de la violencia contra la mujer, está en la educación desde pequeños. Pero, ¿quién educa a los educadores? Este tipo de educación se ha probado ya y se sigue en ello. ¿Resultados?

En la Grecia clásica, tanto mujeres como hombres jóvenes realizaban la prostitución y todos podían llegar a ser totalmente independientes y libres, pero sí era necesario que utilizaran vestimenta distinta al resto, como también era obligatorio que pagaran impuestos, algo no discriminatorio sino una obligación de los trabajadores. Había prostitutas muy conocidas que cobraban grandes sumas de dinero a personas también conocidas. El legendario rey ateniense Solón, que colocó los basamentos de la democracia, ordenó la fundación del primer burdel en el siglo VI a.C. en Atenas, aunque prohibió expresamente el proxenetismo. La verdad, no sé cómo se puede detener este fenómeno en un simple despacho. Lo que sí sé es que las posturas llamadas progresistas son una quimera y un atractivo deseo. Por ahora.