Viéndolas venir

Querido Sancho

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Álvaro Romero @aromerobernal1
08 ago 2020 / 12:07 h - Actualizado: 08 ago 2020 / 12:10 h.
"Viéndolas venir"
  • Querido Sancho

Circula por estas redes que ya no sirven tanto para pescar como para enredar e infectar, una presunta cita de El Quijote en la que el protagonista de la gran novela de Cervantes le dice a Sancho, su escudero, que vivimos en un paísque destrona reyes y corona piratas, pensando que el oro del rey será repartido entre el pueblo, sin saber que los piratas solo reparten entre piratas”. La cita es absolutamente falsa, pero el personal se la traga que da gusto, porque no hay como poner oportuna carnaza en estas redes, como digo, para que los bancos de iletrados piquen sin pestañear. Muchos han querido interpretar que Don Miguel estaba pensando ya en los políticos de hoy, que son presuntamente piratas aunque los vote el pueblo, y el rey de hoy, que en nuestro caso no es uno, sino dos. Pero no. Cervantes era un visionario, sí, pero tenía un sentido de la universalidad que no le hacía cegarse en las miserias de su país cuando, siglos después, todo dejara de ser lo que parecía.

Cervantes, insisto pues, era un visionario. Por eso no dijo nada de esto. Es más, he leído varias veces El Quijote –la primera vez, en una preciosa y barata edición ilustrada por Doré que nunca olvidaré- y no recuerdo una sola ocasión en que El Quijote llamara a su escudero “Querido Sancho”, como empieza esa cita que tanto gusto reparte por ahí. Ni siquiera en el lecho de muerte. Lo llama, la mayoría de las veces, simplemente “Sancho”; a veces, “Sancho amigo”, o “amigo Sancho”, o “hijo”, o incluso, cuando pierde la paciencia, con otros calificativos o perífrasis propias de quien pierde también los nervios con un bruto al que, sin embargo, quiere tanto. Pero no le dice “querido”. Quiero suponer que era una palabra poco común a comienzos del siglo XVII...

Sin embargo, es facilísimo inventarse citas que convengan para manipular políticamente a la gente y lanzarlas a través de este salpicadero mundial. Que se lo pregunten no solo a Sócrates, Shakespeare o Lincoln, sino incluso a personajes mucho más recientes como Churchill, Mandela o García Márquez, en cuyas bocas suelen poner, recurrentemente, cursiladas que solo a quienes los conocen bien, porque los han leído, sonrojan con vergüenza ajena. Es fácil inventarse citas pirateando un presunto estilo de autores que ya han muerto para evitar que nos corrijan.

El problema es que hoy no se leen libros, sino posts. Y los lectores de posts se atreven a recomendar posts. Basta con pulsar una tecla del móvil. Lo mismo ocurre con toda esa panda de presuntos intelectuales que creen haber encontrado, después de muchísimo esfuerzo por las redes sociales, las verdades como puños de todo este cuento chino del coronavirus. Hay médicos, científicos, ilustrados antivacunas e insignes sabios ignorados que llevan meses advirtiéndonos de todo este timo con que pretenden encerrarnos otra vez. Yo espero, sinceramente, que sus apasionados defensores se dediquen en los próximos meses a leerlos, pero no sus encendidos posts, sino sus sosegados libros, si es que los tienen, porque mucho me temo que, por culpa de no enterarnos de lo que leemos, volveremos a tener tiempo para leer.

Y ya que hablamos de El Quijote, no puedo terminar sin recordar una cita exquisita y verdadera, de cuando le regala a Sancho unos consejos antes de ser nombrado –falsamente, claro, pero en la ficción- gobernador de la falsa ínsula: “No te muestres (aunque por ventura lo seas, lo cual yo no creo) codicioso, mujeriego ni glotón; porque en sabiendo el pueblo y los que te tratan tu inclinación determinada, por allí te darán batería hasta derribarte en el profundo de la perdición”.