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Regalar abrazos a los abuelos

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04 oct 2023 / 11:55 h - Actualizado: 04 oct 2023 / 11:56 h.
"Ancianos - Personas mayores"
  • Regalar abrazos a los abuelos

¿A quién no le ha pasado alguna vez por la mente el concepto de inmortalidad? Incluso he oído a personas decir que la vida sin inmortalidad no es deseable. Muchas de esas personas estarán ahora felices viendo como algunos de esos nuevos gurús multimillonarios invierten en startup que prometen segundas vidas, viviendo en el 'metaverso', o en alquimias químicas que alargarán la vida media al menos 50 años. A muchos seguramente se les habrá calmado la ansiedad.

Sin embargo, en mi se encienden preguntas: ¿cómo será la vida de un anciano, en esa nueva realidad donde se alarga la vida de 80 a 135 años? ¿Será mal soportada como lo es ahora? ¿Nos jubilaremos a los 122? ¿Y cuándo empezará a dar problemas la próstata, antes o después de los cien?

Quién sabe si las personas mayores seguirán siendo frágiles y consideradas una categoría de riesgo como sigue siendo hoy. O si por el contrario podrás esquiar hasta los 127 y saltar una valla hasta los 130. ¡Quién sabe...! Sueños, deseos, quizás utopías o tonterías. Mientras tanto, a la espera de encaminarnos hacia la inmortalidad, los ancianos, desde que empezó la era Covid, son preservados como si fueran pandas al borde de la extinción: de manera que si vuelve a circular el virus se cierran las residencias de ancianos a cal y canto impidiéndoles incluso de recibir visitas. Por supuesto, el objetivo es bueno: evitar que se infecten y sucumban en las garras del Covid. Recuerdo que, durante la crisis, se me caía el alma a los pies viendo esas “habitaciones de los abrazos” que se habilitaron en algunas residencias; una especie de tabique de plástico transparente con agujeros que permitían que los brazos de los familiares tocasen a los abuelos y abuelas debidamente protegidos. Este 'abrazo condón' no era lo mismo que un abrazo real.

No sé si quienes redactaron ciertas normas durante la pandemia sabían que cuando vives en una residencia de ancianos lo que más te importa es ver a tus hijos, y más aún a tus nietos: la única mirada que los mantiene vivos, más que la paella dominical, el entretenimiento, la televisión o las videollamadas.

Todo esto me hace reflexionar sobre la importancia de regalar a los ancianos a menudo muchas sonrisas, permitiendo siempre que estos abuelos y abuelas sean bienvenidos en el abrazo carnal de sus hijos. Estemos atentos a no condenarlos a una doble prisión, como si la vida fuera sólo su prolongación, sin que nadie se haga responsable de lo que sucede. No privémosle del cariño y del calor, que es lo más importante en la vida y lo que más desean nuestros abuelos.

Cualquiera que haya sido padre sabe que algunas noches, antes de quedarse dormido, esperan la llamada de su hijo para saber que todo está bien. Cuando vives en una residencia de ancianos ya no te conformas con una llamada telefónica: quieres irte a dormir después de recibir un abrazo de tus hijos. No lo dicen, porque los abuelos y las abuelas siempre suelen decir que no necesitan nada, pero cuanto más viejo te haces, más mentiroso te vuelves sobre tu salud. Por favor, antes de que nos pongamos a pensar qué inventar para vivir hasta los 135 años, pensemos en hacer que la vida de los mayores sea digna y llena de cálido significado.

Ayer un amigo italiano me felicitó, diciéndome que era la fiesta de los abuelos, esta felicitación me llevó a reflexionar. Pensé que habría que decirles a los señores de las startup que la inmortalidad está en el abrazo. ¡Qué hermosa sería la modernidad!