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La vida del revés

Rocío Flores vuelve a la carga y la maquinaria vuelve a producir

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03 ene 2022 / 16:18 h - Actualizado: 03 ene 2022 / 16:28 h.
"Opinión","Televisión","La vida del revés"
  • Rocío Fores. / Mediaset
    Rocío Fores. / Mediaset

Rocío Flores es hija de Rocío Carrasco; es decir, su padre es el Guardia Civil que se casó con la hija de Rocío Jurado y Pedro Carrasco. Pues bien, la tal Rocío Flores se gana la vida yendo de plató en plató hablando de su madre, de su padre, de la pareja de su padre, de sus hermanos... Lo que ve en casa, vaya. Ahora se descuelga diciendo que le da pena que su madre consienta que se hable mal de ella en programas como Sálvame. No parece que le importara que su padre despellejara a cualquiera que se pusiera a tiro (incluida su madre) cuando todavía le dejaban trabajar en Sálvame y otros programas de Mediaset.

El caso es que todo son insultos y todo es dolor. Todos se atizan trallazos que suelen terminar de forma oscura y trágica (estos programas son demoledores y se convierten en trituradoras de personas) y las varas de medir nuca son las mismas. Si le toca a otro se puede permitir, si me toca a mí hay que quejarse amargamente.

Esa es la televisión que se puede sufrir actualmente y el daño que se provoca es irreparable. No son pocos los que esperan el comienzo de programas como Sálvame para rebozarse en el fango del grito, del esperpento y de la bajeza moral. Una pena.

Hay familias enteras que viven de ventilar los problemas de casa frente a una cámara, que hacen caja de cada disgusto familiar, de cada recuerdo de los muertos, de cada escándalo muchas veces provocado. Es esta una forma de vivir que han aprendido algunos y que exprimen hasta límites que parecían no existir. Los platós se llenan de mindundis que son hijos de o novios de o toreros que no torean o malas personas que se afianzan en sus puestos buscando carroña y explotando el mal ajeno. Hijos e hijas de presentadores mostrando sus miserias, periodistas convertidos en una caricatura que ridiculizan y destrozan la poca reputación que le queda a la profesión, lameculos que son capaces de inventar y defender lo imposible para agradar a los que pilotan. Los mediocres hace mucho que mandan en la televisión y nos quieren hacer creer que eso es la inteligencia y lo correcto. Espero que no lo logren.

Rocío Flores monta el numerito cada dos por tres. Se lo compran. Y toda la maquinaria sigue en funcionamiento para dar de comer a la hija de una cantante famosa y de un boxeador, a su marido, al que fue su marido y cobraba multas a extranjeros para quedarse con la tela, a su hija que no sabe hacer la o con un canuto... Y a toda una maquinaria absurda que mueve cientos de millones de euros como por arte de magia, millones de euros que llegan desde la moral más pisoteada que uno pueda imaginar.