‘Secret Story’ es una extensión de Gran Hermano; se trata de ocultar aunque no lo han logrado. Todo apesta a GH, todo recuerda a GH, todo conserva lo que fue GH. La cadena de televisión que lo emite se ha visto entre la espada y la pared debido al escándalo que se produjo en una de las últimas ewdiciones de GH. Nada más y nada menos que una violación ocultada, maquillada y, sobre todo, condenable y repugnante. Cambiar el nombre del programa y tratar de conseguir una estética distinta aunque sin demasiadas alteraciones parece el objetivo. El resultado es que las audiencias no terminan de acompañar.
Sea como sea, ya se verán vídeos tremendos y llenos de dolor, de pérdidas de dignidad humana, de lenguaje violento y chabacano. Si la audiencia no sube ya se presenta la artillería pesada en forma de disparates incomprensibles y vergonzosos.
En cualquier caso, siempre las mismas caras, siempre los mismos conflictos, los mismos ritmos, la misma miseria, la misma bajeza humana.
Por cierto, un inciso, quién es el tal Miguel Frigenti. He estado mirando la pantalla y he visto a un tipo gritón, insolente, rabioso, histérico y sin pizca de gracia. ¿Estas son las nuevas estrellas de televisión? ¿De dónde sacan a semejantes mamarrachos?
La frase de moda entre los que siguen este tipo de formatos es ‘da mucho juego’. Se refiere el que la usa a la cantidad de vídeos bochornosos que un concursante protagoniza. No se habla de inteligencia, o de lo que puede aportar un hombre o una mujer o de la bondad que rodea a alguien que vemos en la televisión. Al contrario, cuanta más chusma se junta, cuanto más insulto de escucha o si la violencia verbal se dispara, más se pegan a la pantalla algunos. Dar mucho juego es ser un miserable, un ruin, un mierda.
Ahora resulta que ‘si das juego’ debes quedarte en el programa para seguir soltando espuma por la boca, criticando y fulminando cualquier virtud propia del ser humano. No te echan si eres un asco de persona, un mentiroso o un ser perverso; te echan si eres una persona íntegra, bondadosa y educada. Todo bien en ‘Secret Story’. Todo bien entre los que necesitan morbo, conflicto y ver cómo se destroza a las personas. Y, desde luego, todo bien entre los que ganan dinero a espuertas con esta cochambre televisiva.