Los medios y los días

Sorpassos y sorpassitos

Image
22 oct 2020 / 04:39 h - Actualizado: 21 oct 2020 / 14:42 h.
"Los medios y los días"
  • Sorpassos y sorpassitos

Podemos le quiso dar el sorpasso al PSOE, no lo logró pero ha tenido suerte porque le ha tocado un momento en que ha surgido un socialdemócrata gallito y populista que supera la senda inaugurada por ZP ante la desesperación de aquel PSOE que el sistema capitalista mundial bendijo para tirar a la papelera al otro PSOE histórico que no se desprendía de su sello marxista y tenía muy presente la guerra civil. Ése se sustituyó por el de Felipe González que actuó en plan hombre de Estado occidental lo cual nos podrá gustar o no pero era entonces lo más pragmático. Eso sí, el hombre no quiso o no tuvo tiempo (entre 1982 y 1996 en que estuvo de presidente) de barrer del todo los restos de la dictadura y además le dio mucha cancha al nacionalismo -lo mismo que el PP-, ayudó a crear la España del despilfarro y la corrupción -lo mismo que el PP-, ayudó a los creadores de los efectos perversos de la globalización -lo mismo que el PP- y el resultado fue que los problemas que tenemos hoy en gran medida vienen de allí y por eso los jóvenes del 15-M gritaban aquello de “PSOE y PP la misma mierda es”. Bueno, pues ha llegado Sánchez y pretende tomar el Palacio de Invierno a lo siglo XXI.

Ahora Vox aspira a darle el sorpasso al PP, un partido sin rumbo que sólo puede pedir el voto diciendo que ellos son la derecha civilizada y no Vox pero entonces se dañarían ambos en beneficio del PSOE. ¿Imaginan ustedes que Podemos hubiera logrado el sorpasso completo y que lo conservara y se diera el otro sorpasso, el de Vox por encima del PP? Tal vez ninguno de los dos lograra mayoría absoluta para gobernar y entonces, ¿quién se aliaría con ellos? ¿El PP y Ciudadanos se aliarían con un Vox preeminente? ¿Haría lo mismo el PSOE pero al revés, con Podemos al frente apoyado por ERC, Bildu, etc.? Conclusión: el panorama político es sombrío pero podría serlo más aún. “¡Más madera!”, es decir, aún se podría deteriorar en mayor medida el tren de la nación para que sus señorías se pelearan en Las Cortes y en la Moncloa.

Ahora lo que tenemos son sorpassitos en diversos grados. El grado uno es el que ha logrado Podemos con Sánchez. Iglesias no ha asaltado los cielos, pero se ha subido en el avión de Sánchez y se está paseando entre las nubes mientras que él mismo y muchos de sus colegas pisan moqueta y se suben en coches oficiales. Se acabó Podemos, esto es como la camiseta del Ché, don Ernesto se dedicaba a hacer la revolución mientras el mercado acabó por vender su camiseta a espuertas y ya se lleva puesta como se llevan los calzoncillos. La revolución pasó pero la camiseta permanece.

El sorpassito grado dos es el que Vox se ha marcado en gobiernos autonómicos como el andaluz donde gobierna pero sin sillones ni consejerías. Y ya el tres es el municipal.

Me lo estoy pasando bien observando cómo todo este baile se traslada a las líneas editoriales de los medios a los que sigo por obligación y por deformación profesional, ya mucho menos que por placer. Quiero decir que sonrío por no llorar porque a ver eso qué clase de periodismo es. La SER, junto con El País, desarrollaron una campaña manipuladora escandalosa contra Julio Anguita y después contra Podemos, y ahora se ven en la obligación de no cargar tanto las tintas contra Iglesias y los suyos porque están coaligados con Sánchez al que hasta hace poco El País ponía a caer de un burro. Sánchez mantiene una relación más o menos cordial con una de las principales dueñas de ambos medios, doña Ana Patricia Botín, así que a portarse bien con el presidente y a pasar en lo posible la mano al vicepresidente aunque la Botín no lo quiera pero lo quiere Sánchez.

En RNE, TVE y La Sexta actúan según les digan desde Moncloa y en los medios de la derecha se han preguntado a ver qué narices hacemos con esto de la moción de censura de Vox que termina hoy si no podemos cargar ni contra Vox ni contra el PP. Pues vaselina a la cosa y a seguir con el contubernio socialcomunista y el discurso de la época de la Guerra Fría.

El resultado es el peor que se le puede desear a una sociedad: ciudadanos que ya no creen en nada ni en nadie salvo los de la fe del carbonero. Gente que me habla del periodismo echando pestes y yo que no sé qué decir ya para buscarle atenuantes y seguir defendiendo una profesión que sigue siendo imprescindible.