Crónicas dominicales

Tener o no tener hijos

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27 jun 2021 / 04:00 h - Actualizado: 26 jun 2021 / 17:04 h.
"Crónicas dominicales"
  • EFE
    EFE

Vamos lanzados a ser uno de los quince países más viejos del mundo. De los más de 7.300 millones de personas que habitan en nuestro planeta, cerca del 8,5% tiene más de 65 años, pero si nos centramos en algunos países, ese porcentaje es mucho más elevado. Este es el caso de Japón, que con un 45% de su población mayor de 65 años encabeza el ranking de los países más envejecidos. Le siguen Italia y Finlandia con un 34%, Portugal con un 33% y Alemania con un 32% y cabe destacar que, en líneas generales, los países desarrollados son los que tienen una población más envejecida.

Para ofrecer estos datos a sus receptores, los medios suelen -solemos- echar mano del Oficina Estadounidense del Censo que ya tiene hechos sus cálculos para 2050, año en el que España estará entre los 15 países más viejos del mundo, ocupará el puesto 14, sólo por delante de Italia. Los de población más conspicua serán, por este orden: Japón, Corea del Sur, Hong Kong (China), Taiwán, Eslovenia, Bulgaria, Estonia, Grecia, Bosnia Herzegovina, Lituania, Polonia, Rumanía, Letonia, España, Italia.

Nos olvidamos por tanto de ese periodo que retrata la película La gran familia, cuando Franco premiaba la fertilidad, nos olvidamos de los cheques bebé de Zapatero y de Ayuso y, como unos buenos arrumacos no lo eviten, a ver cómo se sostiene el sistema de la Seguridad Social y de Pensiones por mucho que nos digan que el Estado está detrás y que contamos con su garantía. Veremos de dónde saca el Estado los dineros para pagar a las clases pasivas porque ya me veo a la gente con 80 años doblando la cerviz y rompiendo ese dicho sagrado de “cada cosa a su tiempo”, criando hijos con 45, 50 años y más, supongo que como los cuerpos estarán aún fuertes todo será posible, no olvidemos que “antes pierde el viejo la sesera que la sementera” y que tenemos bancos no sólo de cajeros más que inteligentes sino de semen y óvulos, más empresas en las que encargas el niño y lo recoges ya hecho a los nueve meses.

Una pareja con 20 hijos

Hay sin embargo quien lleva la contraria a las tendencias de los países desarrollados. El pasado 9 de junio Hispanidad recogía esta información: “Ni los gesta, ni los cría. Una pareja tiene 20 hijos gracias a los vientres de alquiler y necesita 16 niñeras. Tener hijos no es un derecho es un don, gestarlos y criarlos... y educarlos y quererlos, es un deber”. Claro que se trataba de millonarios.

Narraba el citado diario: “Kristina Öztürk, una mujer de 23 años y de procedencia rusa, y su millonario esposo Galip, han sido, en poco más de un año, padres nada menos que de 20 bebés. Aunque lo cierto es que del proceso de paternidad ellos se han saltado gestar a las criaturas -un detalle nimio- ya que han recurrido a los vientres de alquiler. Y como Kristina verá que sigue manteniendo la línea -ya que sólo ha tenido a uno de los 23 niños, a su hija Victoria- esta joven confiesa que le gustaría tener 100 hijos. Y luego está lo de criarlos, porque la pareja tiene 16 niñeras internas y gasta más de 78.000 euros en ellas cada año. Y en los bebés, 5.000 euros semanales. Pero, cuando uno es millonario”. La mamá añadía: “Estoy planeando mi embarazo, pero no de inmediato, porque ahora necesito estar cerca de mis bebés”.

Para esta publicación, de tendencia católica, y como ya se ha dicho, “en resumen: tener hijos no es un derecho, es un don; gestarlos y criarlos... y educarlos y quererlos, es un deber”.

Todo esto está muy bien, pero...

Desde que cayó el comunismo, los grandes inversores no sólo se han adueñado del mundo sino que en buena parte se han desentendido de sus responsabilidades, de eso que se llamaba responsabilidad social corporativa. Ahora, millones de trabajadores no lo son por cuenta ajena ni están debidamente protegidos sino que son ellos quienes tienen que costearse su derecho a un trabajo mientras que las no ya grandes sino enormes fortunas se lavan las manos y aumentan sin cesar. Al mismo tiempo, los estados han ido soltando competencias y controles sobre los poderes privados del mundo de la empresa y las finanzas. El mundo no es de los estados nación sino, más en esencia, de los grandes inversores.

La Covid-19 nos ha mostrado nuestras miserias, unos miserables se habían llevado sus fábricas allá donde les venía mejor a sus intereses, olvidando sus patriotismos y demás monsergas. A cambio, se lavan las conciencias con donaciones millonarias a través de fundaciones, se agradecen, pero no me dé una caña para que pesque, enséñeme a pescar y además cotice en los países donde vende sus productos, no en otros en los que apenas les exigen contribuciones fiscales. Todo esto, más la incorporación de la mujer que busca sus derechos, crea una distorsión en el mercado que se traduce en situaciones personales de inquietud crónica. Cuando logra uno algo de descanso ante este maremágnum, sale pitando para relajarse. El teletrabajo aumenta la auto-explotación. Por tanto, ¿quién va a tener ganas de descendencia?

Pues sí, quienes puedan y se arriesguen

La directora del colegio CEU San Pablo ha declarado al diario Abc de Sevilla: «Cada vez que una profesora se queda embarazada hacemos una fiesta en el colegio». Se llama María Fernanda de Paz y dirige colegio CEU San Pablo Sevilla, que cuenta con más de mil alumnos y va a abrir el próximo curso su nueva línea de bachillerato.

La verdad es que son declaraciones que al menos a mí me sientan bien, ya está uno harto de que, en reuniones de gente joven, en edad de procrear, se hable más de mascotas que de hijos, ya está uno harto de no ver carritos con niños por las calles. Sin embargo, puede que no sea suficiente el impulso y la energía que el catolicismo imprime, sino que factores como los señalados antes -muy genéricamente- influyan para que en este tema de tener o no tener hijos también sea aplicable la dualidad realidad-deseo. “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo”, sabemos de sobra que afirmó Ortega. Hay que salvar unas circunstancias muy adversas para tener un hijo como ese hijo se merece, ya me gustaría a mí un mundo con la circunstancia salvada, para eso todo parece indicar que hay que hacer algo más que quejarse.

La circunstancia de Ayuso puede más que ella

Isabel Díaz Ayuso, 42 años, presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid. Esta mujer que está arriba, en el candelero, no tiene hijos, se le está pasando el arroz y desde luego no necesita de sus cheques bebé. Ayuso le ha confesado a Bertín Osborne, según recoge la revista Semana y otros medios, que el tema de la maternidad es algo que se ha pensado alguna vez: “Me lo he planteado pero por distintas circunstancias no lo he hecho al final”. Bueno, Susana Díaz era tan presidenta como ella o más, de izquierdas, al frente de una comunidad autónoma ocho veces la de Madrid, y sí ha podido con todo.

Sostiene Ayuso que no ha llegado a dar el paso porque su carrera -es decir, su circunstancia- ha ocupado todas sus energías. En estos momentos ve complicado dar ese paso, por eso no teme tomar una decisión al respecto. “Se va pasando el tiempo. Tengo que asumir que va pasando el tiempo y no pasa nada”, ha dicho, quitándole hierro a este aspecto. “Ojalá me hubiera atrevido antes, pero en caso de hacerlo me gustaría hacerlo con alguien. Tengo siete millones de madrileños y mis sobrinos. Mi sobrina de seis años me llama Presidenta. Estar con ellos es ser tú y ellos, muchas veces me sirven para sentir que sigo teniendo familia”.

En Mi casa es la tuya, programa de Bertín Osborne, ha hecho las anteriores declaraciones y éstas otras: “He vivido siempre la vida con muchísima intensidad”, destacaba. Aunque por el camino, por supuesto, ha tenido que renunciar a muchas cosas: “Pagas un precio altísimo, sobre todo con tu vida personal”. Pero tiene claro que para avanzar “hay que saber dejar marchar y asumir que vienen cosas y se van otras”. Todo muy misterioso pero respetable, es su vida personal y ella sabrá.

Unos por otros...

La casa sin barrer. Esa señora es la presidenta de Madrid, ahora pongámonos en la piel de millones de mujeres y hombres que sin ser presidentes de nada quieren tener hijos pero no pueden. Por un lado, mucho derecho a la vida y por otro mucho joder a quienes desean ser padres porque ser padres es algo tan importante y crucial que no se puede lanzar uno de cualquier manera.

Pablo Casado ha afirmado esta semana en Onda Cero que ellos prefieren no perder el alma apoyando los indultos de Sánchez a esos supremacistas catalanes que les lavan el coco a los niños en los colegios. A lo peor, todos, el PP, el PSOE y demás responsables de crear un mundo para los hijos, están perdiendo el alma por no hacer frente a las circunstancias que impiden a quienes lo deseen, dotar de más almas a la sociedad. Esas almas se llaman hijos. De manera que, por este camino, dentro de treinta años, casi todos calvos o con alopecia, pero vivos, por llamarlo de alguna manera.