Arte

Una continuidad de la Bauhaus en la Casa de la Provincia (III)

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14 dic 2019 / 04:00 h - Actualizado: 14 dic 2019 / 04:00 h.
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  • Foto de la obra de Manolo Moreno: “Emes esculturas en papel”.
    Foto de la obra de Manolo Moreno: “Emes esculturas en papel”.

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Continuamos los comentarios que EL CORREO DE ANDALUCÍA dedica al Centenario de la Bauhaus, una de las líneas de investigación y de trabajo artístico que como puede verse, sigue vivo.

El 23, es MANOLO MORENO. Sus 4 obras: “Emes esculturas de papel” deben ser una clave o términos de otro idioma (por lo de Eme), y porque sólo pueden ser esculturas por las pequeñas ramas que superpone a fotografías digitales manipuladas, justo por esto son obras únicas y no seriadas. Puede que por el carácter volumétrico que tienen los 2 retratos femenino y masculino de naturaleza negroide, los recipientes, o el recortable perforado de palabras en un papel, dibujadas en el de abajo. En cualquier caso obra y título son enigmáticas: ¿una llamada de atención hacia el sufrimiento de países/personas, o de toda la humanidad?, ya que manchas rojas a modo de sangre sobresalen de sus cuellos en la pared, detrás de los marcos. Puede que sea por la sutilidad de los fragmentos brillantes resaltados. Desde donde se quiera, el resultado es una obra impactante, reflexiva, fuerte, emocional,...que invita a ello. La frase en alemán Casa de Artes y Oficios Estatal, alude directamente a la Bauhaus. Una mezcla aquí de foto, pintura y collage relivario.

24. MARCELA CERNADAS. Dos obras aisladas que no tienen por qué conectarse y sin embargo aquí están unidas, dando idea de esas otras manifestaciones del arte a las que no prestamos suficiente atención. En primer lugar, a los vidrios (soplados, teñidos, hechos sin molde y por tanto a mano), piezas únicas y raras, de extraña belleza en estas representaciones escultóricas, artesanales, que juegan con el arte y las artesanías, con el vacío, con los símbolos parlantes, una vez más ¿de qué?: ¿de Venus por eso de las conchas?, ¿por el organicismo de las formas? Y en 2º lugar, por los tejidos, en este caso la desconfiguración de motas e hilos de terciopelos blancos, pegados sobre un lienzo color “glicinia”. ¿Collage, escultura, escultu-tejido? Una obra que ha detenido el tiempo y el viento.

25. MARCO MOREIRA. Su obra: “Vuelta al trabajo tras un descanso” (aunque él la ha titulado en inglés), es un trampantojo dentro de otro. El primero prolonga una estructura reticular hecha con cuadrículas en dos tonos (marrón y ocre) de una supuesta solería. El 2º, por el espejo que vuelve a reproducir, ampliando el espectro, la misma solería cuadriculada donde se encuentra. El cuadro dentro del cuadro. La alusión a las artes colaterales como las que se aplican en la decoración y en la construcción. Es una fotografía sobre dibond dispuesta en el propio suelo de la sala, lo que acentúa ese efecto que se prolonga en varias direcciones espaciales.

26. MARGARITA MORALES LACUEVA. Su caja que titula “Amor” situada en el suelo, induce a que nuestra visión sea la vertical y no la horizontal, como muy bien hubiera podido haberlo en el caso de optar por colgarla de la pared. El arte, casi desde estos primeros comienzos del siglo XX, por no remitirnos a los ejercicios de Escuela –entre ellas, los de la propia Bauhaus a la que ella homenajea- ha venido representando este universo de formas planas/ geométricas –en concreto las que ha usado aquí: triángulos y cuadrados- situándolas frente al espectador y horizontales con respecto a nuestra visión. Lo que hace ahora, es romper esa norma y que la veamos de arriba hacia abajo cambiando por completo el sentido de su triple escalonamiento descendente. Las dos figuras planas, repetidas ampliando la escala (fotografías sobre plástico), sobresalen guardando las proporciones. Simplicidad esencialista. Opt art,...en línea con la Bh.

27. MARISA VADILLO. La descomposición del cuadro tal y como se ha venido entendiendo a ese trozo de tela o de papel, que suele enmarcarse y por lo general se cuelga de una pared, así como los tres colores básicos de la Bauhaus: el rojo, el amarillo y el azul, dispuestos a la manera de listones pintados en acrílico, sin ensamblar, y situados por separado (en el ángulo superior izquierdo y frontales a la obra), son algunos de los motivos principales que ha escogido para “Back”. Una obra que sitúa desde gran altura (supera los 2 m.) y llega hasta el suelo donde se curva al estar suelta -se clava directamente al muro sólo en su margen superior- y se continua en el paisaje sugerido, dibujado a bolígrafo, que centraría la composición, aunque esta se divide entre estos elementos que acabo de describir y sus sombras, llevando por tanto nuestra mirada hacia esa tercera dimensión que de este modo exede/forma la instalación.

28. MARTA CASTRO. Su “Retablo de habitabilidad” se centra en la arquitectura, plasmada a través de una serie de cuadrados y rectángulos que forman una especie de políptico de lo que bien podría ser “la unidad de habitación” siguiendo y desde este punto de vista -que por otra parte mezcla las artes aquí, incluyendo la escultura- sobre lo que bien podría ser un plano o una maqueta, tan afines a la Bauhaus: esa combinación de matemáticas, técnicas, artes visuales, escénicas, espaciales,... Pulcritud en los cortes de papel pluma y de las maderas de balsa que ha dispuesto sobre tabla. Ventanas, fragmentos de fachadas, alineadas alternativamente sin romper el orden, son como fotos en 3D, un instante donde se detuvo todo.

Una continuidad de la Bauhaus en la Casa de la Provincia (III)
Foto de las alfombras de Paco Pérez Valencia.

29. MARTÍN LAGARES. Su homenaje a la Bauhaus lo hace por medio de retratos de personajes que por alguna razón –entre ellas la fuerza de su fisionomía- le atraen. Modelados directamente del bloque de barro, los retratos de MIES VAN DER ROHE, HANNES MEYER, MARIANNE BRANDT, PAUL KLEE y WALTER GROPIUS, buscan gestos expresionistas o “miran” al espectador de manera oblicua (desde arriba, abajo, un lado, otro o frontal), lo que acentúa su personalidad a la par que los carga de patetismo. Son figuras espectrales que recogen el rostro y el cuello de los protagonistas, cortados a ras por la mitad o la tercera parte, dejando sin tratar la parte posterior donde se leen sus nombres. Figuras en las que es posible distinguir huellas de las manos del autor, las rasgaduras y apelmazamientos de una materia tan dúctil y sincera como es la tierra. El origen de la escultura y la cerámica. Del barro que somos.

30. MIGUEL GÓMEZ LOSADA. Una casa que parece flotar en el aire y que tiene por título “Acompáñame, tenemos una mesa junto a la ventana”, pero en la que no se ve ninguna mesa ni ventana, ni nadie que acompañe al hipotético invitado, puede ser en sí mismo una contradicción de términos si no fuera porque como ocurre en los cuentos, debemos intuirlos o adivinarlos, aunque para esto los artistas tenemos ese arte dentro de la “a-rrealidad” que es la pintura, que fue y seguirá siendo el surrealismo. No sólo él. También hay algo de esa parcialización espacial, de ese divisionismo que finge el volumen, y aunque aparentemente pase desapercibido, hay bastante del uso de los tres colores sin los cuales, la Bauhaus no existiría y que él distribuye de manera sutil en ese mecano o damero que siguiendo a DUCHAMPS, tampoco es una casa.

31. MIGUEL PÉREZ AGUILERA. ¿Qué decir del gran maestro del que hemos aprendido todo y todos? Su aportación a la Bauhaus la hizo desde el hiper-realismo. Curiosamente se le integra entre los primitivos abstractos que ejercieron la abstracción en Sevilla, aunque él repitió una y otra vez que lo que hacía no era otra cosa que imitar la realidad. La de los pliegues, brillos de los materiales, de las telas, los metales, cualquier cosa susceptible de afacetarse no en el sentido cubista, sino en el orgánico, el que da lugar o se desprende de la incidencia de las luces y las sombras. Abstracción o hiperrealismo, da igual la etiqueta, cuando se trata del maestro de maestros.

32. PABLO MERCHANTE. Su composicición “Esto es Swaggy”, una palabra que se utiliza para algo que no se sabe para qué sirve o lo que es y que representa no obstante un fragmento de una planta ornamental, tratada en subdivisiones que pueden recordar azulejos de grandes dimensiones, o restos de la trasposición del boceto a escala mayor. Es una técnica mixta que contiene óleos, acrílicos, rotuladores y gesso sobre tela, que combina armónicamente los colores y las formas y en donde se aprecia perfectamente lo que es y su resultado es notable y atractivo. ¿Entonces?, ¿se trata de otro juego surrealista en este caso con el título? Puede. Puede que sí y puede que no.

33. PACO LARA-BARRANCO. Sus dos lienzos significarían un homenaje a JOSEPH ALBERS, uno de los miembros más destacados de la Bauhaus, en el sentido del cuadro dentro del cuadro. Ocurre que en estos, son los cuadros los que se definen dentro de otros cuadros y dentro del gran cuadro que los contiene. Tampoco lo es por los diferentes tratamientos de las pinceladas (lisas, ondas, ...), ni por la textura de la aplicación del óleo en tubo o en barra o por el grafito que los separa/une. Lo es en cuanto al concepto del cuadrado como elemento definitorio y por los colores elementales y sus derivados. Tampoco es óbice para que deje de contemplar triángulos o rectángulos, coordenadas o diagonales, predominando el cuadrado cartesiano.

34. PACO PEREGRÍN. Su caja de gran tamaño, poco o nada tiene que ver con las de otros autores coetáneos que escogen el color-luz para expresarse. Tampoco con el vídeo o cualquier soporte que no sea el cristal de donde emergen las formas, en este caso, una cara femenina de carácter androide, una fosforescencia emergente del negro intenso y de una profundidad ignota. Una proyección que ha congelado el rostro convirtiéndolo en una máscara, que lo relaciona con una estética que podría venir de la publicidad y de los maquillajes, pero también de la uniformidad de una cultura que hace anónimos a humanos convirtiéndolos en humanoides. Signos identitarios de tribus urbanas, porque su obra que ha nominado “Efímera” no surge de una pantalla o no sólo de ella, sino de una tela que acentúa su rostro perturbable, o imperturbable, según se mire.