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Una victoria que inquieta

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10 nov 2016 / 08:21 h - Actualizado: 10 nov 2016 / 22:49 h.
"Política","Elecciones en Estados Unidos 2016"

Lo que parecía imposible ya no lo es. Contra todo pronóstico, el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos de América, Donald Trump, es el presidente electo de ese país. Lo que comenzó siendo un espectáculo curioso en el verano de 2015 se ha convertido en el asunto más importante y preocupante del mundo entero. Porque no hay que olvidar que lo que sucede en Estados Unidos condiciona hasta el último rincón de la tierra.

Son muchos los que no se pueden alegrar por este resultado. Las mujeres, los hispanos, los afroamericanos, los musulmanes y, por qué no decirlo, millones de hombres y mujeres a los que no se etiqueta. Son muchos los que piensan que un sujeto narcisista, misógino, racista, sin experiencia política de ningún tipo aunque atesore una riqueza apabullante, de formas arrogantes y, en muchos casos, insultantes por la vulgaridad que emanan de ellas; no puede ser presidente del país más poderoso del mundo. Sin embargo, Trump llega a la Casa Blanca para quedarse durante unos años.

Las encuestas han vuelto a fallar. Esta vez, todo apunta a que el voto oculto ha sido decisivo. Hasta el último momento, miles de personas no han querido desvelar su inclinación por el candidato republicano, seguramente, porque por primera vez en la historia de los Estados Unidos de América los votantes han sentido cierta vergüenza al votar. Esto es la conclusión que ya avanzaban algunos analistas y que se ha convertido en otra realidad más de todo este proceso electoral. Analizando los resultados, es curioso comprobar que Hillary Clinton ha conseguido, más o menos, lo que estaba previsto. La gran sorpresa es que Trump, en estados muy importantes, suma votos con los que nadie contaba a priori.

Toca esperar con calma para saber qué ocurrirá. Y tampoco es conveniente rasgarse las vestiduras antes de tiempo. Del mismo modo que Obama no ha conseguido cambiar todo aquello que hubiera querido, Trump se topará con la terca realidad y tendrá que ir amoldándose a lo que representa ser el inquilino de la Casa Blanca. Nadie en su sano juicio puede pensar que el presidente de ese país puede hacer lo que le venga en gana. Existen controles muy importantes para que eso no pueda suceder.

¿Qué ha ocurrido para que Trump gane las elecciones a Clinton? Dos cosas fundamentales. Por un lado, la candidata demócrata no ha sido (nunca lo fue) una mujer que empatizara con facilidad con sus posibles votantes. Si a eso le añadimos los asuntos algo turbios en los que se ha visto involucrada, la situación de Hillary Clinton ha ido empeorando progresivamente y eso no se perdona en las urnas. Ni en Estados Unidos ni en cualquier otro país del mundo. Por otra parte, Trump ha sido muy claro en su mensaje. Porque sin decir cómo, ni cuándo, ha prometido a sus votantes que su país volvería a ser el más grande, que su país iba a ser de ellos y solo de ellos. Tan sencillo como eso. Lógicamente, el discurso de Clinton ha sido mucho más político, más técnico, más distante. Algo que tampoco perdonan las urnas. El populismo tiende puentes a millones de personas que han dejado de creer en la política tradicional.

En cualquier caso, Donald Trump será presidente de los Estados Unidos de América. La suerte está echada y, ahora, hay que esperar. Mientras, veremos cómo las bolsas suben y bajan de forma alarmante, escucharemos todo tipo de opiniones de los políticos y leeremos artículos para todos los gustos en los medios de comunicación. Pero solo el tiempo será el que logre que sepamos un resultado que a muchos les parece incierto y peligroso para la estabilidad mundial en todos sus ámbitos.

Esperemos.