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El bloqueo de EEUU frena un 7% las exportaciones de la aceituna negra

El sector se plantea nuevos destinos de sus productos ante la certeza de que exportar a tierras americanas se puede convertir en inviable. Rusia o el mercado árabe son algunas alternativas

22 ene 2018 / 15:52 h - Actualizado: 23 ene 2018 / 08:24 h.
"Economía","Aceituna de mesa","Antonio Ramírez de Arellano"
  • El consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, lamenta la imposición del arancel. / Efe
    El consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, lamenta la imposición del arancel. / Efe

El agujero provocado en la economía de las empresas aceituneras españolas (sevillanas, en esencia) que colocan a diario sus productos en Estados Unidos comienza a tener cifras, y son más que preocupantes. A falta de realizar el cierre contable del ejercicio del 2017, la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceituna de Mesa (Asemesa), la principal patronal del sector, calcula que ya se ha perdido un 7 por ciento de negocio en tierras americanas con respecto a los números con los que se cerró 2016, y eso que aún no están contabilizados los 12 meses del último año.

Datos que puso sobre la mesa el secretario general de la asociación, Antonio de Mora, que alude a la incertidumbre creada en los empresarios americanos por su propio presidente, Donald Trump, con su sempiterno America first -América primero-. Y es que el 7 por ciento citado se refiere sólo a los meses de julio (cuando se anunciaron las primeras investigaciones) a noviembre (cuando se hicieron públicas las primeras sanciones).

De esta forma, estas pérdidas se tratan de un descenso reflejado en la producción enviada a mercados estadounidenses entre julio y noviembre, y si ese porcentaje se confirma cuando se cierren las cuentas, de 60 millones de euros en 2016, bajaría a 55,8 en el año pasado, con lo que, de momento, 4,2 millones de euros se han quedado en el limbo.

Todo ello, explica De Mora, con el problema añadido de que en estos momentos el sector se enfrenta a una segunda imposición de aranceles, «y la incertidumbre arrastrada a todo el año 2018 puede crear una situación insostenible». En cifras, el arancel afecta a tres empresas sevillanas, Aceitunas Guadalquivir, con el 16,8 por ciento; Agro Sevilla Aceitunas, con el 14,64 por ciento; y Ángel Camacho Alimentación, con el 19,73 por ciento. El resto de las empresas españolas que quieran vender este producto en territorio estadounidense deberán pagar la media ponderada de las tres empresas sancionados, el 17,13 por ciento. La importancia no es ocasional, ya que de toda la producción española, Andalucía copa el 80 por ciento, mientras que el 60 por ciento sale de distintas empresas ubicadas en la provincia.

EN BUSCA DEL PLAN B

Lo que está claro es que el sector aceitunero tiene que empezar a buscar alternativas a los 50 estados americanos para colocar su producción, ya que pagar, como ahora se ha impuesto, 17,13 euros por cada 100 que se coloquen en sus aduanas es algo que se puede sostener un tiempo, pero no hay economía que lo aguante los cinco años que, como mínimo, durarán las sanciones.

Asemesa, de momento, no va a modificar su política de exportaciones y va a cumplir con sus clientes americanos como si nada pasase, pero las empresas aceituneras parecen tener claro que hay encontrar una alternativa a los destinos actuales en EEUU.

En este sentido, «algunas empresas intentarán colocar su producción en Rusia o distintos países árabes, aunque en el caso de que así se haga, en esos países habrá más oferta, más competencia y bajada de precios», con lo que se trata solo de una situación transitoria, no de algo que va a solventar la crisis de los aranceles americanos. «El efecto se irá viendo poco a poco, y para algunas empresas representa el 20 por ciento de su negocio lo que colocan en Estados Unidos. La situación será complicada, aunque esperamos que no haya cierres de empresas por este motivo», sentencia De Mora.

Desde el gobierno central quisieron rebajar esos temores, aclarando que nada está elevado a definitivo. El delegado del Gobierno en Andalucia, Antonio Sanz, expresó el apoyo del Ejecutivo al sector de la aceituna de mesa negra y afirmó que el Gobierno seguirá trabajando para defender sus intereses frente a los aranceles impuestos por las autoridades norteamericanas que, según recordó, «aún tienen carácter provisional, por lo que la medida puede ser reversible».

Para ello, aseguró que España cuenta con el apoyo de los comisarios de la UE. «Al final, los hechos darán la razón a los agricultores y, con el esfuerzo de todos, evitaremos que los aranceles entren en vigor de forma definitiva», reivindicó Sanz.

Sin embargo, el malestar se palpa en todos losniveles. El consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, lamentó la imposición de estos aranceles, algo que, en su opinión, «puede llevar a medio y largo plazo a una escalada que va en contra del comercio mundial». Ramírez de Arellano precisaba que «se trata de una competencia que recae en el Gobierno de España, e incluso más arriba, ya que las cuestiones comerciales dependen de la UE, pero se está trabajando en común en este asunto», aunque señalaba que, desde la Junta de Andalucía, entienden que esa «no es la ruta de funcionamiento, consideramos que en un mundo globalizado como el actual, el que se empiecen a colocar aranceles a productos entre los países, lo único que puede conducir a medio largo plazo es una escalada que va en contra del comercio mundial». Algo, añadió el consejero, que «va en contra de la riqueza y el desarrollo».

Por su parte, el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, lamentó «la agresividad arancelaria». Además, añadió que «no hay ningún otro caso» de entrada de aceituna a ese país «gravada de la manera en que lo hacen con el producto español». Así, las cosas, Villalobos alertó de que, tal y como se están desarrollando los acontecimientos, «esto parece que no ha hecho más que empezar» y hay que «cerrar filas» porque «nos jugamos el futuro».