Gastronomía

Los Palacios y Villafranca vende su gastronomía a compás

El municipio del Bajo Guadalquivir, que comienza hoy su festival flamenco de La Mistela, organizó anoche la II edición de Palo, Plato y Compás, una fórmula flamenca que conjuga cante y cocina de la tierra ante la prensa más especializada

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
29 may 2019 / 09:02 h - Actualizado: 29 may 2019 / 11:04 h.
"Gastronomía"
  • II edición de Palo, plato y compás de Los Palacios y Villafranca. / El Correo
    II edición de Palo, plato y compás de Los Palacios y Villafranca. / El Correo

Como el año pasado ya funcionó el experimento, cuando se organizó la primera edición de la gala Palo, Plato y Compás en Taberna La Liebre, esta vez -renovada la posibilidad de continuar promocionando la marca Los Palacios y Villafranca. Destino gastronómico tras la mayoría absoluta revalidada por el alcalde, Juan Manuel Valle (IU),- se ha repetido la fórmula en el mayor espacio multigastronómico del pueblo, Casa Moral, un restaurante de 5.000 metros cuadrados y ochenta años de historia en cuyo asombroso patio se dispusieron los elementos esenciales que el pueblo de los tomates pretende vender más allá de la provincia en la semana de su Festival de la Mistela, que comienza hoy con la actuación en el teatro municipal de la flamante Lámpara Minera de La Unión, la palaciega María José Carrasco, y que continuará hasta el domingo con otros artistas de la talla de Argentina o Diego Carrasco...

Esos elementos empiezan por sus fabulosos productos del campo en manos de los magos de la amafada restauración local, pero continúa con el agua interminable de la fuente que mágicamente acompasaba una velada en la que algunos de los cantaores flamencos de más solera del pueblo, como José Sánchez Itoly o El Nene Escalera, demostraron con la sonanta de José de Pura por qué en la peña local, El Pozo de las Penas, a la sazón la más antigua del mundo, son conocidos como los manantiales... El primero abrió boca con unos fandangos que erizaron la piel y continuó demostrando su solera madre al tirarse por tarantas de Linares... El segundo se quedó de pie para emocionar con unos martinetes que le sirvieron de preámbulo sabroso a unas seguiriyas en cuyo dominio solo puede mandar la edad... La hija de Itoly, Nieves Sánchez, también endulzó la noche con unos tientos-tangos que rebuscó por toda Andalucía pero que en rigor llevaba muy dentro...

Los Palacios y Villafranca vende su gastronomía a compás
II edición de Palo, plato y compás de Los Palacios y Villafranca. / El Correo

De modo que entre recetas gastronómicas y flamencas, a la prensa especializada en la buena mesa y a algunos de los bloggers más influyentes del panorama nacional se le fueron poniendo los dientes largos, hasta que llegó la medianoche y el fin de fiesta protagonizado por el jovencísimo cantaor local Juanelo -recién aterrizado de París- abrió la veda para probarlo todo.

El anfitrión, José Antonio Moral, había llevado para la ocasión una Novilla retinta con guisantes de la huerta palaciega por fandangos. El plato supo y sonó tan bien que los periodistas gastronómicos apuntaron la dirección del restaurante, que es el objetivo final del invento. Por parte del restaurante La Pachanga, cuyo patriarca -a la sazón uno de los impulsores indiscutibles de la gastronomía profesional del pueblo-, Rafael Pérez, fallecido repentinamente de un infarto el pasado mes de febrero y a cuya memoria fueron dedicadas todas las innovaciones de la noche, se presentaron unos Tarantos de alcachofa sobre crema del piquillo con toque de mar...

El restaurante Juanma se acordó del de la Isla para presentar un Taco de Camarón por tangos. Casa Troncoso trajo un Arroz con fritá de tomate y bacalao por tientos. Y Tasca Ramos, una Lasaña de rape y verduras de langostinos al martinete. El No Ni Ná aportó un Chipirón plancha sobra salsa suave de foie y toque de salsa verde por soleares. Casa Joaquín trajo un Solomillo mozárabe por cantiñas. El bar Pizzabrosa Morillo, por su parte, unas Alegrías de Juanelo sobre emulsión de papas con pimentón picante y choco a la gallega. Y Casa Manolo Mayo, otro templo gastronómico indiscutible de la provincia, un Crocanti de pollo sobre souflé de remolacha por bulerías. Sí, los nombres de los platos también cantaban solos.

Pero no solo de bares vive el pueblo, sino también de cafeterías, como Café Manhatan, que trajo un cóctel bautizado como Alboreá gitana; confitería Distinguido, que intervino con una Cantiña de hojaldre con frutas; o confitería Navarro, con sus Palmeras de guajira. El café Miratta trajo sus Bamberas Blue Peach; la confitería Pepita Vázquez, una Seguiriya de merengue; y la tetería Atrapasueños, un Mojito y toná.

El alcalde, acompañado de su esposa y de media lista que pasará en breve de los mítines a las concejalías, puso en valor la gastronomía de un pueblo que ha encontrado un filón turístico en su buena mesa y cuyos restauradores “tienen un pique sano que les ha hecho comprender no tanto que sean competencia, sino compañeros que se apoyan mutuamente”, dijo, en la imaginación imparable de tantos platos a compás. Los dueños de los restaurantes y principales confiterías y pastelerías del pueblo se miraban entonces con esa complicidad que da saberse el destino final de las noches flamencas que tanto prometen de aquí al domingo...