Pocas son las procesiones que el Domingo de Resurrección se dejan ver en nuestra provincia, y menos aun las que lo hacen en la Sierra Morena sevillana. Es bien conocido el Resucitado de Guadalcanal, pero no tan conocida la procesión de la Virgen de la Soledad en Cazalla de la Sierra.
Al igual que ocurre en otras localidades, sobre todo con las imágenes de vírgenes, la de Ntra. Sra. de la Soledad en Cazalla procesiona dos veces en la Semana Santa. Lo hace en primer lugar en la tarde del Viernes Santo, en la Hermandad del Santo Entierro de la cual es titular, y que sale en el más absoluto silencio, llenando de solemnidad las calles de la población. Dos días más tarde, para conmemorar la resurrección de nuestro señor Jesucristo, vuelve a ponerse en la calle, esta vez vestida de gloria y llevando a la población ese mensaje de victoria de la vida sobre la muerte.
Cuatro años después
Si la del pasado año era la Semana Santa del reencuentro para la mayoría de hermandades, tras dos años en el dique seco a causa de la pandemia, la de este 2023 lo ha sido para el Domingo de Resurrección ese ansiado momento de la vuelta a la calle para el disfrute cofrade. Y es que, aunque tenía prevista su salida el año pasado, finalmente esta no se llevó a cabo. Uno de los grandes males que asola a la Semana Santa en esta comarca es la falta de costaleros. Un mal del que Cazalla no se libre. Sin embargo, algo que nunca se perdió es el compromiso y las ganas, y por eso, este año sí ha sido posible ver a la Virgen de la Soledad en el Domingo de Resurrección cazallero.
Al igual que en el resto de salidas procesionales, la puerta de salida de la Iglesia de la Consolación ha sido uno de los grandes atractivos de esta puesta de largo de la Soledad. Salvando de manera magistral los escalones de esta salida, con la fuerza de la fe en cada costal, a eso de las doce del mediodía daba comienzo esta procesión. La Banda de Música de Alanís, al igual que en años anteriores, ponía sus sones tras este paso, abriendo con el Himno de España y continuando con una de las grandes sensaciones musicales del año como es la obra Tú eres el orgullo de nuestro pueblo. Un canto a nuestra Semana Santa, a nuestras imágenes y a la tradición cofrade. Un equilibrado montante de pasajes que apurado con esmero ponía el principio soñado a un desfile procesional deslumbrante.
Calles colmadas de gente
Un domingo espléndido, que bien podría haber sido de Ramos, guió durante todo el recorrido a la imagen de Antonio Illanes. Una Virgen que habla de dolor, pero también de Esperanza, aunque en su nombre lleve Soledad. Una talla que, aunque no lo conociera, habla también del Convento de San Agustín y de una historia malograda por el fuego injusto. Una imagen que del Viernes vuelve al Domingo para llevar gloria a Cazalla. Un pueblo, por su parte, que sabe devolver el cumplido, y que en una jornada tan festiva como la primera supo agradecer el esfuerzo de esta salida. De ahí, que todas y cada una de sus calles se vieran colmadas de gente. Un hecho este, que habla muy bien del devenir de la Semana Santa de Cazalla, la cual busca recuperar el prestigio que un día tuvo.
De esta manera, el público expectante pudo disfrutar de una delicia de recorrido que comenzó pasando por la calle Aires, en esas revirás que con tanto arte saben hacer los buenos costaleros. De ahí regresó por la calle Parras a esa Plaza de Mayor que la despedía, momentáneamente mientras se perdía en Virgen del Monte. Una subida eterna que, sin embargo, se hizo corta mientras sonaban marchas agraciadas y sentidas como Rocío o Siempre Macarena. Obras de arte hecha música, desfile procesional hecho arte a base de esfuerzo, ganas y fe.
La grandeza de los momentos
Ni un respiro parecía dar la muchedumbre que se agolpaba a lo largo del recorrido, poniendo mayor énfasis en lugares concretos como es el caso del paso por el antiguo convento de San Francisco o la cita ineludible en el Convento de Madre Dios. La marcha exacta, Al cielo la Reina de Triana, la reverencia debida y la salve a cargo del párroco local pusieron el momento divino. Los ojos de quien pudo verlo hizo el resto. Tras ello, un batir de palmas y la marcha emprendida de nuevo hacia la parroquia, con otro clásico como Pasan los campanilleros como banda sonora perfecta, de un domingo perfecto.
El baño de multitudes prosiguió por la Plazuela, con un paso costalero que destaco por su aire grácil y bien medido, reafirmando la auténtica pena que supuso no verlo el pasado año por las calles de Cazalla, y la inmensa alegría de hacerlo en este 2023.
Nunca una despedida resultó tan agradable como la de la Virgen de la Soledad en este Domingo de Resurrección. Ponía el broche de oro a una nueva Semana Santa plena. Lo hacía con ese aire melancólico que deja esta fiesta una vez llegada a su fin, pero lo hacía también con inmenso placer, el que supone la lucha por nuestras tradiciones, por pelear por lo que es nuestro y que jamás debe perderse. El Domingo de Resurrección está de vuelta y de qué manera. Digno es de agradecer.