Sevilla es la segunda provincia andaluza con peor cielo de noche

Hasta 116.000 hectáreas, el ocho por ciento del total, está contaminado. Es la segunda provincia en la que peor puede verse la Vía Láctea

20 may 2018 / 21:58 h - Actualizado: 20 may 2018 / 22:26 h.
"Medio ambiente"
  • El cielo de Almadén de la Plata es uno de los más limpios de la provincia de Sevilla. /F.J.D.
    El cielo de Almadén de la Plata es uno de los más limpios de la provincia de Sevilla. /F.J.D.

El cielo andaluz está considerado patrimonio natural y es un recurso científico, económico y cultural de grandísimo valor. La calidad del 46 por ciento de las superficies de sus cielos nocturnos es muy buena o excelente, lo que quiere decir que no están afectados gravemente por la contaminación lumínica de los alumbrados callejeros. En la comunidad autónoma disfrutamos de unas 4,06 millones de hectáreas de cielo en condiciones casi óptimas, en la que la contaminación provocada por la luz es insignificante.

No obstante, no todas las provincias andaluzas poseen el mismo porcentaje de superficie celeste de buena calidad. Según datos de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Huelva y Granada, con un 64 y un 63 por ciento respectivamente, son las provincias que poseen mayor porcentaje de cielos de buena o excelente calidad, y Málaga la que peor porcentaje tiene, con solo un 8 por ciento de cielos de buena o excelente calidad.

La provincia de Sevilla, por su parte, aunque tiene un nivel intermedio de cielos de buena calidad, un 31 por ciento, es la provincia con más superficie de cielos de mala calidad, con 116.000 hectáreas, lo que supone un 8 por ciento de cielos de mala calidad o muy contaminados, aunque no sea la provincia con mayor porcentaje en este respecto, siendo de nuevo Málaga la que peores cielos posee. Además, después de Málaga, Sevilla es la provincia en la que peor puede verse la Vía Láctea, con solo un 9 por ciento de áreas donde contemplarla.

La contaminación lumínica se ha vuelto un problema en los últimos años, sobre todo en los núcleos urbanos, afectando a la biodiversidad del ambiente y a la investigación científica, que ve limitada su actividad por la falta de visibilidad astronómica. Por todo ello, renovar el diseño de los alumbrados callejeros en las zonas más afectadas por la contaminación lumínica, desarrollar lámparas con luces más cálidas, que afectan menos a los cielos nocturnos, y que emitan los niveles adecuados de luz, dónde y cuándo se necesiten, son algunas de las medidas que se recogerán en un reglamento pionero en Andalucía, llevado a cabo por Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio con la colaboración de los observatorios andaluces de Calar Alto, Almería, y de Sierra Nevada, Granada, responsables del desarrollo de un indicador que permite calcular la cantidad de luz perjudicial para el cielo nocturno emitida por cualquier foco luminoso, el Índice Espectral G.