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«Llamamos al Zoosanitario y nos dicen: ‘¿Eso dónde está?’»

En sus 20 años al frente de la asociación de vecinos Hércules ha visto y oído «promesas de todo tipo». Eso sí, lamenta que no hayan sido tanto los hechos consumados en esta noble barriada de Amate

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
15 may 2017 / 08:37 h - Actualizado: 15 may 2017 / 08:38 h.
"Barrios","Cerro - Amate"
  • Jiménez junto a la señal del barrio colocada hace sólo unos meses. / El Correo
    Jiménez junto a la señal del barrio colocada hace sólo unos meses. / El Correo

¿Cuándo y por qué surge el movimiento vecinal en la barriada?

—Prácticamente cuando muere Franco y se crean las primeras asociaciones vecinales en Sevilla. Aquí se constituyó la asociación Hércules, tomando este nombre al ser un personaje históricamente poderoso y fuerte como nosotros. El primer presidente vecinal fue Juan García. Nuestra motivación ha sido y es el reconocimiento de la barriada Jesús, María y José. Tenemos escritos de 1976 en los que ya exponemos estas reivindicaciones.

—¿Qué se ha avanzado en todos estos años?

—Poco o nada. En 1987 saltó la sorpresa que entre los planes del Ayuntamiento estaba derribar el barrio en su totalidad. Lo querían expropiar porque decían que estaba catalogado como zona verde dentro del parque Amate. Nos opusimos y desde entonces ha sido un no parar. Con Monteseirín se empezó a hacer algo a través de Emvisesa con la construcción de 11 casas nuevas en régimen de venta sobre los terrenos expropiados. También se llegaron a colocar las pantallas acústicas de la SE-30, que hasta entonces los coches saltaban hasta nuestras calles.

—¿Qué ha hecho el actual gobierno de Espadas?

—Menos todavía. Es el peor gobierno que ha pasado por el Ayuntamiento. No invirtió el dinero reservado por Zoido para iniciar el Peri Amate-I y se ha limitado a poner una señal anunciando el barrio en la calle Amor y a incluir el nombre de Jesús, María y José en la parada correspondiente de Tussam. Es para callarnos la boca. Y es que es una pena que después de tantos años, llamamos al Zoosanitario para avisar, un día sí y otro también, de la plaga de ratas con la que convivimos, y nos dicen: ‘¿Jesús, María y José? ¿Eso dónde está? Es de vergüenza.

—¿Controlada la plaga de ratas que denunció el barrio hace siete meses?

—Lamentablemente sigue igual o peor. Aquí tenemos ratas como conejos de grande. Dicen que han venido a desratizar y desinfectar, pues habrá sido en otro barrio porque aquí, que somos como un pueblo y nos enteramos de todo, no hemos visto nada. Además tenemos los solares con hierbas y matojos de más de 1,50 metros de altura. Como no lo cuidan, pues cada temporada tenemos una plaga de bichos distinta: que si las cucarachas, las moscas, las ratas... Tenemos que tapar los husillos de las calles con esterillas para que no se nos metan las ratas dentro de casa ahora que llega el calor y abrimos las ventanas. Esto es inhumano. Nos tratan como ciudadanos de tercera cuando pagamos todos nuestros impuestos como el primero.

—¿Qué pasó con la placa de prohibido entrar por la calle Proa que habéis solicitado retirar varias veces?

—Que no la quieren quitar porque dicen que la calle, que la alquitranamos los vecinos, es muy estrecha para doble dirección. Bueno, pues que nos la pongan de entrada que ya tenemos una salida por Ramón Areces. ¡Qué nos hace falta una entrada, no una salida! ¿Y qué pasa? Que le gente entra en contramano y da con los bajos de los coches en las cunetas. Cualquier día va a suceder algo. Nos están condenado a desaparecer cuando somos de los vecinos más antiguos.