Sin teatro de Navidad. Así se han quedado este viernes una veintena del niños del centro de educación especial Virgen Macarena. La falta de monitores ha impedido que los pequeños de las tres primeras unidades, con mayores necesidades, disfruten de esta actividad navideña que el colegio viene organizando desde hace 20 años.
«Se está privando a nuestros niños del derecho de educación y de los valores que ello conlleva: que se eduquen como cualquier otro niño. Lamentablemente hoy no se ha podido hacer el teatro de Navidad, que tanta ilusión les hace siempre», ha explicado a El Correo de Andalucía la presidenta de la Asociación de Padres y Madres (Ampa) del centro, María del Carmen Costales, que ha criticado que «todavía no» han recibido respuesta del escrito presentado a principio de curso a la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía.
Y es que desde entonces el C.E.E.E. Virgen Macarena viene denunciando la «falta de monitores»; dispone en plantilla de tres PITS y tres educadores, una «dotación insuficiente desde principios de curso», teniendo en cuenta, relatan los padres y madres de los escolares, «las características del alumnado de nuevo ingreso y sus trastornos de conducta, ellos necesitan una atención individualizada».
A todo, añaden desde la Ampa, hay que resaltar que «desde principios de curso no se ha cubierto una baja por jubilación», por lo que, indican, «sólo cuentan con dos educadores cuando causan baja por enfermedad o cualquier otra». De igual manera, señalan que «las sustituciones de profesionales se eternizan en el tiempo junto con una excesiva tramitación administrativa, provocando ausencias de éstos durante bastante tiempo».
Por último, exponen en su queja que «tanto la Administración Educativa, Delegación de Educación, Consejería de Educación y Función Pública, provoca que el proceso de nueva incorporación de profesionales sea lento». Ello repercute directamente en la atención de estos pequeños, que en este curso ascienden a un total de 95: «Se está privando a nuestros hijos de derechos fundamentales de gozar de bienestar social, aprendizajes y conocimientos adaptados, características imprescindibles para su desarrollo personal».
Ante esta situación, concluyen, que «los profesionales del centro educativo intentan suplir estas carencias resultando insuficiente debido a los casos extremos que tienen que atender». No obstante, alertan de que «en algunas situaciones [los niños matriculados] se encuentran a veces en situaciones de riesgo».