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La presidenta de la asociación de vecinos Las Praderas de Santa Clara, Carmen Touriño. / José Luis Montero
El último estudio del INE afirma que Santa Clara es el barrio más rico de Sevilla al liderar, con 51.359 euros, el ranking de rentas medias por familia...
—Pero no es totalmente cierto. Hay un poder adquisitivo medio-alto pero aquí todos somos trabajadores de profesiones liberales, con algún que otro político. Lo que pasa es que cuando hacen estos estudios nos meten en el mismo saco de la barriada Huarte, que está entre Conde de Osborne y la SE-30, y ahí sí que hay gente rica.
—¿Cómo calificaría entonces la barriada?
—Como una zona residencial, también un poco particular quizás por la disposición de las viviendas: chalets con zonas ajardinadas... donde la gente es muy independiente y se hace mucha vida de puertas para dentro. Pero en ningún momento esto es un barrio rico... Otra cosa es que tengamos que aguantar este sambenito.
—¿Cómo os está perjudicando esta etiqueta?
—Pagamos unos impuestos muy elevados y no vemos que se revierta aquí ni una mínima parte. Pensamos que los políticos tienen algún tipo de complejo a la hora de actuar en un barrio con fama de rico. La izquierda no hace nada para que no los culpen de romper su ideología y la derecha tampoco, para no ser acusados de favoritismo. Y así nos va: pasan y pasan las corporaciones municipales y nadie se acuerda de nosotros.
—Pero Monteseirín y Zoido llegaron a plantear en su día hacer un gran bulevar...
—Sí, ambos nos presentaron en planos un proyecto de arreglo integral de la avenida de los Conquistadores: con aparcamientos, amplias aceras, bancos y un quiosco. Era precioso, pero ambos nos dijeron que no se podía hacer porque no había dinero. No queremos preciosidades sino que nos arreglen de una vez las calles, porque aquí hay aceras que no se ven ni en San Pablo.
—¿Qué dice el actual gobierno de Espadas?
—Hace unos meses tuvimos un encuentro con la delegada del distrito y el de Movilidad en una visita que realizaron al Club Santa Clara. Le hicimos entrega del dossier con las 21 propuestas de mejoras, pero no hemos sabido nada más.
—Enumere las demandas que considere más urgentes...
—Lo primero, la reurbanización del barrio, que se haga una planificación por año. Porque si desde que comenzamos a pedirlo, se hubiera arreglado al menos una calle al año o cada dos años, esto estaría ya terminado. También queremos que cuando se levante, se pongan las señales de circulación. Hay un alto riesgo de atropello: los coches aparcan a ambos lados de la calle y eso obliga al peatón a andar echarse a la carretera. Queremos una zona de aparcamiento entre el colegio Los Rosales y la iglesia. También hay un solar en la calle Hernando de Soto que está totalmente abandonado y tiene hierbas secas que suponen un peligro ahora con el calor.