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Reyes Puig lleva diez años al frente de la asociación de vecinos y comerciantes Reina Mercedes. / M. Gómez
Es una reivindicación histórica, ¿se ven más policías por el barrio desde que está Espadas?
—Para nada y muchos de los problemas que tenemos parten de la base de que no hay vigilancia. No hay una presencia policial constante. Eso sí, el coche ponemultas viene mucho por aquí para ponerse las botas. Hemos llegado a dar parte a la Policía Local de que grupos de jóvenes estaban haciendo botellona y nos han ignorado en todo momento.
—Otra queja de la asociación es la falta de aparcamiento, ¿sigue defendiendo que se haga un parking junto al Puerto?
—Sí, pero es una lucha entre Puerto y Ayuntamiento. Lo cierto que es cuando hay partidos del Betis está todo ocupado. Ni salimos a la calle: hay bastante jaleo, suciedad y vienen al menos 40 gorrillas que se reparten los tramos de las calles.
—¿Qué balance hace de este año y medio del gobierno de Espadas? ¿Qué se hizo con Zoido?
—En este año y medio no se ha hecho nada. Sevilla está más sucia y más insegura que antes. En cuanto al tema de los parques, no se qué polémica hay detrás pero no están siendo efectivos. Aquí Zoido solo puso la línea 3 de Tussam pero nada más.
—¿Qué cambio ha supuesto la llegada de la línea 3?
—Empezó de maravilla pero últimamente es un caos. No hay servicio doble en las horas punta, y vamos que no se cabe, como sardinas en lata.
—¿Qué otras carencias hay?
—La limpieza es un desastre. Hay un empleado de Lipasam encargado de limpiar todas las calles del barrio. Realiza un trabajo encomiable. No se le puede reprochar absolutamente nada. Pero cuando termina la última calle, en la primera ya está llena de basura. Tenemos claro que parte de la culpa es la falta de civismo; no obstante, si existiera un refuerzo, Reina Mercedes luciría mucho mejor.
—¿En qué estado se encuentra el arbolado?
—Es otra de las prioridades del barrio. Llevamos más de cuatro años pidiendo el adecentamiento de la vegetación. Los árboles, sobre todo, los de la rotonda de Reina Mercedes con Padre García Tejero, están huecos y podridos. Se caen a menudo ramas cuando se levanta algo de viento, algunas de gran porte. Por suerte no hubo que lamentar heridos. Además las ramas se están metiendo ya en nuestras casas. Tanto es así, que yo misma, para cerrar una de las ventanas de mi casa, tengo que empujar una para poder cerrarla.
—¿Cómo ha afectado la crisis al comercio local?
—Lamentablemente los negocios tradicionales están abocados a cerrar. Este barrio sólo es de copisterías y bares. Es una pena pero es lo que hay.