De la lista de ganaderías al modelo de temporada

El elenco de hierros que saltarán al ruedo de la temporada 2023 en la plaza de la Maestranza da pábulo para realizar algunas reflexiones en torno al futuro de la fiesta

27 dic 2022 / 12:21 h - Actualizado: 27 dic 2022 / 12:23 h.
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  • Jornada de puertas abiertas en la plaza de la Maestranza en abril de 2018. Foto: Toromedia
    Jornada de puertas abiertas en la plaza de la Maestranza en abril de 2018. Foto: Toromedia

Pasó la Navidad y está a punto de expirar el año para dejar paso a esos magos de Oriente que antes de regarnos con su magia se encontrarán algunos deberes ya adelantados. Y es que la empresa Pagés ya anda poniendo en pie las claves maestras de la temporada que vendrá. También ha recuperado alguna de sus más celebradas costumbres –la de esperar al final de las fiestas para ponerse a rellenar los casilleros ha quedado atrás- volviendo a felicitar a abonados y aficionados con la lista de las ganaderías de las corridas de toros que se lidiarán entre el Domingo de Resurrección y la feria de San Miguel del próximo año 2023.

No hay demasiadas sorpresas sobre lo avanzado, más allá del ‘destierro’ de la divisa de Juan Pedro Domecq, una de las más prodigadas en el ruedo de la Maestranza pero de rendimiento inversamente proporcional a la apuesta reiterada de la propia empresa y los deseos de los matadores que, en los últimos años, reclamaban su comparecencia. A nadie se le escapa que los toros del antiquísimo hierro ducal no atraviesan su mejor momento y seguramente era justo y más que necesario el descanso después de lidiar hasta tres corridas en la temporada de 2022. Es una ganadería de gran fondo que estuvo y estará cuando remonte el bache.

En la variedad está el gusto...

Mientras tanto los aficionados pueden felicitarse –con confirmación oficial- de la presencia de uno de los emblemas más clásicos del antiguo campo bravo sevillano. Los ‘buendías’ reverdecen -marcados con el hierro de La Quinta- en los cerrados de Fuenlahiguera, la finca palmeña de la familia Martínez Conradi, que ha sabido poner en la vanguardia de la cabaña brava contemporánea a sus inconfundibles toros cárdenos. La presencia de la sangre Santacoloma en el elenco ganadero sevillano –en el nivel que está dando La Quinta- es una buena noticia para el toreo y hasta un guiño a su mejor historia. También lo es el retorno –reclamados por Morante de la Puebla- de los fogosos ‘domecqs’ de El Torero o los boyantes ‘núñez’ que los hermanos Lozano marcan con el hierro de Alcurrucén.

Por ahí viene la reflexión... En la variedad está el gusto en estos tiempos de toros tan completos como predecibles que han arrebatado algunas incertidumbres que añadían un plus a la hermosa incógnita de una tarde de toros. El mundo del toro no puede permitirse despreciar el inmenso tesoro genético que atesoran las dehesas cerrando las ferias en torno a un puñado demasiado corto y concreto de hierros. No, no se trata de invocar al torismo demagógico sino de reivindicar excelentes vacadas que deberían tener su cuota en el mercado. Lo dejamos ahí...

¿Un esquema inamovible?

La felicitación navideña de la empresa Pagés nos da pábulo para seguir divagando en torno a la temporada baratillera que vendrá. Hay que volver a subrayar el dato: su gestación ya se ha iniciado y podemos recordar, a riesgo de caer en la repetición, que el cartel de Resurrección que más suena coloca a Morante de la Puebla, Julián López ‘El Juli’ y Andrés Roca Rey con los toros de Victoriano del Río, la ganadería que hoy detenta la llave de las grandes citas del toreo.

La temporada sevillana sigue girando en torno al modelo consagrado después del crack del ladrillo que cercenó radicalmente hasta cinco corridas de toros de la preferia. No cabía otra a tenor de las circunstancias y de una demanda que ha ido reduciendo el abono sevillano hasta estabilizarlo en las cifras que hoy maneja la empresa. No hace falta repetir el esquema: al Domingo de Resurrección le sigue un festejo de intermedio –podría repetirse la corrida de oportunidad para seis espadas sevillanos- antes del ciclo continuado que comienza el miércoles anterior al alumbrado y concluye en el clásico domingo de Miura, con los farolillos ya apagados. La pregunta es... ¿Seguirá siendo sostenible ese modelo en los próximos años? Ahí queda la cuestión si alguien es capaz de contestarla.

¿Qué más podemos contar?

Hay más cosillas de las que se ha hablado estos días, como las previsibles ausencias de El Cid y Juan Ortega en la cartelería valenciana, que está a punto de horno después de dar un vuelco en los últimos días que ha dejado en agua de borrajas los avances pretendidamente más fiables. Al de Salteras se le suponía puesto en la tarde de los ‘victorinos’ dando carácter de apuesta a una reaparición que tampoco podrá producirse en Olivenza... Más llamativa es la presunta ausencia de Juan Ortega en la cita fallera. No sabemos si es el primer peaje en esa ruta por la independencia que inicia de la mano de José María Garzón que sí le tiene ya puesto en Madrid a la espera de ver qué pasa con las negociaciones de Sevilla...

Bajamos el batiscafo taurino por hoy, volviendo a enviar nuestro abrazo a los habitantes del planeta de los toros. Es el último Observatorio Taurino de un año de balbuceos que nos ha devuelto a una remendada normalidad plagada de lastres. Pero debemos mirar al futuro próximo con optimismo. Hace sólo doce meses las cosas eran muy distintas aún, certificando que nada es seguro; que todo puede saltar por los aires en un instante. Queda por delante una temporada con las páginas en blanco en la que el toro ancestral, el tótem ibérico por excelencia, volverá a saltar al ruedo para ser lidiado por esos hombres que se visten de luces al atardecer. Los perros seguirán ladrando, señal de que cabalgamos. Andaremos por aquí para contárselo. Muy feliz año y temporada 2023.