Toros

Espeluznante cornada a Mariano de la Viña con tres paradas cardíacas

El gravísimo percance tuvo lugar en la corrida de la Feria del Pilar en Zaragoza este domingo

14 oct 2019 / 09:13 h - Actualizado: 14 oct 2019 / 14:04 h.
"Toros"
  • Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada
    Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada
  • Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada
    Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada
  • Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada
    Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada
  • Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada
    Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada
  • Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada
    Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada
  • Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada
    Cogida del banderillero Mariano de la Viña en Zaragoza EFE/Javier Cebollada

La espeluznante y gravísima cornada sufrida por el banderillero Mariano de la Viña, que entró en la enfermería con parada cardiaca, a punto estuvo de teñir de luto el final de una feria del Pilar de masiva asistencia de público. Pero De la Viña no fue el único herido del negro cierre de estos "pilares", pues el propio Miguel Ángel Perera resultó desarmado durante el tercio de varas del sexto toro que, al hacerle hilo, le acabó propinando un puntazo en la parte trasera del muslo derecho.

Los médicos que han atendido en la enfermería de la plaza y en la Clínica Quirón al banderillero Mariano de la Viña, y al matador Miguel Ángel Perera, heridos en Zaragoza, no emitirán parte sobre el estado de ambos toreros hasta este lunes.

Intervención

Aunque no haya comunicación de los médicos, fuentes próximas al matador extremeño han asegurado a EFE que la cornada que le infirió el sexto toro de la tarde es extensa, aunque de las calificadas como "limpias", sin afectación de vasos sanguíneos importantes.

La mayor preocupación es, por tanto, la que genera el estado de Mariano de la Viña, que, tras ser corneado brutalmente, ha entrado en la enfermería en paro cardíaco y con una considerable pérdida de sangre, por lo que ha necesitado de varias transfusiones para poder ser establizado e intervenido de urgencia antes de ser trasladado a la clínica Quirón para continuar con su asistencia.

Además de la cornada en el triángulo de Scarpa, que, al parecer, le ha roto la arteria femoral, el subalterno albaceteño, que ayer cumplió 51 años de edad, presenta otra herida más en la zona lumbar.

La cornada

En una corrida hasta entonces deslucida por el mal juego de los toros de Montalvo, y cuando todo parecía indicar que el abono taurino acabaría sin gloria pero sin sobresaltos, Enrique Ponce mandó a su banderillero Mariano de la Viña parar al cuarto de la tarde, que tras su salida al ruedo se había emplazado sin llegar a tablas.

El subalterno logró darle el primer capotazo pero no el segundo, pues el de Montalvo, apretando hacia chiqueros se cruzó con el torero y le prendió secamente por el pecho al tiempo que le lanzaba contra la arena.

Y a partir de ahí, con creciente saña, comenzó a zarandearle con secos hachazos, hasta que, ya cerca de las tablas del tendido uno, en el mismo lugar donde Juan José Padilla fue corneado en la cara, le metió el pitón claramente en el triángulo de scarpa.

Cuando cayó al suelo y pudieron, por fin, hacerle el quite, sus compañeros le levantaron, desmadejado por completo, en unos momentos angustiosos que bastaron para que De la Viña dejara un amplio reguero de sangre sobre la arena, como síntoma de la tremenda gravedad del percance. Una mancha tan alarmante que el propio matador Miguel Ángel Perera se encargó de tapar con el rastrillo de un arenero cuando aún el toro merodeaba por la zona.

Tres paradas cardíacas

Según las noticias que iban llegando, mientras seguía desarrollándose la lidia, el banderillero entró con parada cardiaca a la enfermería, donde tuvo que se reanimado hasta en tres ocasiones, mientras llegaban bolsas de sangre suficientes para compensar una fortísima hemorragia y poder estabilizar el riego antes de la definitiva intervención a manos del doctor Val Carreres, considerado el "santo" de los toreros.