Toros

Juan José Padilla recibe el Premio Nacional de Tauromaquia en el año de su adiós

El galardón, que alcanza su sexta edición, es concedido por el Ministerio de Cultura que ha valorado el “esfuerzo, entrega y capacidad de superación” del diestro jerezano

08 nov 2018 / 09:57 h - Actualizado: 08 nov 2018 / 10:05 h.
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  • El torero español Juan José Padilla este miércoles en Aguascalientes (México). EFE/Gerardo Esparza
    El torero español Juan José Padilla este miércoles en Aguascalientes (México). EFE/Gerardo Esparza

Padilla va a coronar su retirada de los ruedos –aún está pendiente de cumplir algunos compromisos en ruedos americanos- con la concesión del Premio Nacional de Tauromaquia, un galardón que concede el Ministerio de Cultura y Deporte y que, en el caso del jerezano, ha venido a reconocer “una extraordinaria carrera de veinticinco años, en la que ha alcanzado incontestables triunfos en las principales plazas del mundo”, según el fallo del jurado que preside Román Fernández Baca.

El acta también recuerda que el torero dirá adiós a la profesión este año y ensalza los valores de “esfuerzo, entrega y capacidad de superación dentro y fuera de los ruedos” que han encarnado la trayectoria de Padilla, especialmente a raíz de la tremenda cornada sufrida en Zaragoza en octubre de 2011 que le colocó a las puertas de la muerte. Aquel tremendo percance –el pitón atravesó el cráneo desde el cuello a la cuenca orbital- le desfiguró el rostro, le provocó una parálisis facial y hasta la extirpación del ojo afectado.

Lejos de arredrarse, el torero jerezano logró volver a los ruedos en el mes de marzo de 2012 en la plaza de Olivenza. Desde entonces ha convertido el parche que cubre el vacío del ojo en una de las señas de identidad de su puesta en escena. El apodo de ‘Pirata’ acabó redondeando esa nueva personalidad taurina de Juan José Padilla, reforzada esta misma temporada con el pañuelo negro que ha ocultado la inmensa cicatriz de su último percance, en el que sufrió el arrancamiento de parte del cuero cabelludo.

El Premio Nacional de Tauromaquia cumple este año su sexta edición y está dotado con 30.000 euros. El galardón fue instituido para reconocer la labor meritoria de una persona, entidad o institución durante cada temporada en el ejercicio de las diferentes actividades y manifestaciones de la Tauromaquia. Padilla se une así a una nómina de hombres y entidades del toro que inauguró el diestro sanluqueño Paco Ojeda en 2013. Posteriormente fueron premiados el recordado y veteranísimo fotógrafo Franciso Cano, la extinta Escuela de Tauromaquia ‘Marcial Lalanda’ de Madrid, el ganadero Victorino Martín y el matador valenciano Enrique Ponce.

Padilla, más allá de sus indudables méritos en los ruedos, ha sido un torero que ha cultivado su cariz mediático. Su entrega indeclinable ante el toro la ha cambiado por 39 cornadas. El llamado Ciclón de Jerez, que ya ha rebasado los 45 años, tomó la alternativa en la plaza de toros de Algeciras el 18 de junio de 1994 de manos de Pedro Castillo y en presencia del Niño de la Taurina. En sus primeros años como matador quedó encasillado en las llamadas corridas duras y su nombre se asociaba, inevitablemente, a hierros como el de Miura. Todo cambió a mejor –paradójicamente- a raíz del percance de Zaragoza. Resucitado taurinamente, accedió a un caché, unas corridas y unos compañeros a los que no había estado acostumbrado hasta entonces.

Su ejemplo de superación, encarnando como nadie la cultura y el valor del esfuerzo ha quedado para los restos, resumida en esa frase lapidaria que ya forma parte de la mitología de la profesión: “el sufrimiento es parte de la gloria”.