Toros

Observatorio taurino: El abrazo del oso

La alianza de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y su presunto gobierno de coalición no es un buen augurio para la historia inmediata de la Tauromaquia y el resto de las tradiciones del medio rural español

18 nov 2019 / 12:03 h - Actualizado: 18 nov 2019 / 12:09 h.
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Nada que no sepan: los vericuetos de la política, la inane clase política que padecemos y la estrafalaria convocatoria repetida de elecciones ha dejado al país y a todos los españolitos al pie de los caballos (Léase Sánchez e Iglesias, si quieren). El cínico abrazo de ambos es el primer paso para formar un gobierno inconsistente que sólo puede apuntalarse en separatistas, terroristas blanqueados, golpistas y demás escoria antisistema. Sólo deseamos una cosa para el engendro: que dure lo menos posible. El caso es que mientras Pedro y Pablo se ponen morritos, las huestes del toreo y de todas las tradiciones rurales y agrarias de esta vieja piel de toro empiezan a tentarse la ropa. Las carantoñas de ambos personajes podrían salir muy caras para este mundillo que contempla con mucha, muchísima preocupación la redacción del tercer punto del acuerdo de gobernabilidad suscrito por ambas partes. Bajo el epígrafe de la “Lucha contra el cambio climático”, socialistas y podemitas se conjuran para alcanzar “la transición ecológica justa, la protección de nuestra biodiversidad y la garantía de un trato digno a los animales”. La redacción es breve, también vaga y da lugar a demasiadas interpretaciones ateniéndonos a la manifiesta hostilidad de los morados y la cobarde ambigüedad de los del puño y la rosa según, dónde y cómo...

Hostilidad y ambigüedad

¿Qué piensa esta tropa del toro y el toreo? Dejaremos aparte las famosas ventosidades de las vacas que, por lo visto, pueden llevarnos a la cuarta glaciación y al fin de nuestra civilización. Todo sea por evitar que comamos carne y renunciemos a nuestro ancestral modo de vida... Pero vamos al turrón, empezando por la inequívoca posición de Podemos, abiertamente abolicionista. Los podemitas han hecho suyas las tesis animalistas para sumar amiguetes a su causa, pescando en el charco del Pacma. No es otra que desmontar el orden establecido y eliminar de raíz los valores milenarios en los que se ha movido nuestra sociedad para cambiarlos por su Arcadia soñada. Entre los palmeros del magreo de los jefes se encontraba un tal Juantxo López de Uralde, que ya ha mostrado ser la voz más nítida del abolicionismo –no sólo de los toros, también de la caza- dentro de su panda. El papel de los socialistas tampoco es demasiado tranquilizador: durante los años que gobernaron en Andalucía renovaron un papel garante de las tradiciones taurinas aunque a la señora Díaz no se la vio por los toros hasta que la desalojaron de San Telmo. Fue en vísperas de los comicios de abril, cuando VOX había obligado al personal a pisar los terrones y asomarse a los tendidos. Pero el pretendiente a la presidencia del Reino de España –París bien vale una misa- es capaz de casi todo con tal de amarrarse al sillón de la Moncloa. En su partido hace mucho tiempo que dejó de haber una posición clara en torno al tema taurino. Ahí están las torpes las torpes declaraciones del señor Ávalos –hijo del cuerpo, por cierto- que acabó matizando y rectificando ante lo que se le vino encima. Mucho más grave es el caso de Cataluña: el mismo partido que subvencionaba las escuelas taurinas andaluzas fue el verdadero verdugo de la fiesta en aquellas tierras. En realidad se estaba preparando el definitivo apocalipsis del que tanto les costará salir y el PSC, no se olvide, también fue cómplice. El mejor dique de contención del hipotético y poliédrico gobierno que se está gestando –quién lo diría- lo podría levantar la vicepresidenta y muy taurina Carmen Calvo, pies y manos del presidente más discutido de la ya no tan joven democracia española. Lo dicho: que la horita sea corta.

Subvenciones dadas y por dar

Mientras tanto, en Andalucía se habla otro idioma. El gobierno tripartito, con la evidente presión de VOX, ha traducido el renovado apoyo a las tradiciones, entre otras medidas, con dinero contante y sonante. En las partidas presupuestarias se han previsto 350.000 euros para 2020 y 125.000 euros más en 2021 y 2022 para apoyar a las escuelas taurinas y la Fundación del Toro de Lidia. No está mal el asunto... Ése dinero ya está aprobado pero los de VOX quieren más. Los muchachos de Abascal persiguen una modificación del proyecto de presupuestos para que incluyan dos millones de euros para subvencionar y fomentar la organización de novilladas en plazas de tercera y cuarta categoría. No se puede negar que han dado en el clavo: el toreo no se muere en las grandes plazas ni los escenarios más rutilantes. Su carta de defunción podría redactarse en la raíz: en los festejos menores, convertidos en auténticas ruinas económicas por una fiscalidad abusiva, el aumento de los gastos organizativos y una sindicalización proteccionista –las cuadrillas se niegan a cualquier revisión de la nómina de subalternos- que sólo sirve para entorpecer su montaje. Esas novilladas del circuito rural son la verdadera savia de la cantera y la esencia de este hermoso oficio que retrata como ninguno el alma de esta España desgarrada.